Para eso están los técnicos

29 de Octubre de 2015
Los partidos los ganan los jugadores y los pierden los entrenadores. Es uno de los muchos tópicos que rodean al fútbol. Nos acostumbramos a restar mérito a algunas decisiones de los técnicos de turno a los que solemos llenar de culpas la mochila a la inversa. El triunfo en Coruxo está directamente ligado a una decisión inicialmente sorprendente e, incluso, discutible y finalmente providencial que afectaba a la alineación del equipo. A Juan Ferrando no le dolió en prendas prescindir de un jugador de perfil alto, Cristóbal, para hacer el necesario hueco a Sultán y reubicar a Viti en las cercanías del ataque. El estudio del rival, el olfato de su segundo Ramón, las características de los defensas gallegos, la aparición de Cristóbal (Juncal) como central…El trabajo de campo dio sus frutos. La Cultural no necesitó el balón y sí los espacios para llegar al marco rival demostrando que hay otros caminos para el mismo fin. Incluso Aketxe pareció henchido con un compañero cerca para convertirse esta vez en asistente. El resto fue cosa de Viti, un goleador en su infancia que con el paso de los años fue reconvertido a interior. Otros pensaban en él como lateral. El canterano se ha resistido a seguir retrasando su posición y perder así llegada. En la base se hinchaba a meter goles. Le recuerdan sus formadores como un jugador sobresaliente, de los que llamaba la atención, al que se le caían los goles del bolsillo. Centrada su posición en Coruxo pareció Viti un consumado finalizador uniendo a su enorme velocidad una pegada y calidad en el remate letales. No es un mal momento para empezar a reconocer a uno de los mejores valores de la cantera culturalista al que un sector de la afición tiene entre ceja y ceja. Desde sus botas la Cultural vuelve a creer. Roza la fase de ascenso y encuentra soluciones, en el campo en el banquillo. Para eso están los técnicos, ¿verdad?.