Solo aceptaría un cargo político si me nombra Podemos. Me afiliaría a sus confluencias, a sus divergencias y hasta a lo de Yolanda Díaz que va a terminar siendo el primer espacio político convexo. Gobernar y gestionar siendo de Podemos es sencillo: te pagan bien si son chulas las ocurrencias y tampoco se dimite por muy mal que lo acabe pasando la gente. Porque la gente son otros y los problemas de otros. Lo difícil de gobernar, igual que al madurar, es asumir responsabilidades y gestionar las propias contradicciones. Pero eso no ocurre en Podemos, así que cuenten conmigo. Los pubertosos de Ione Belarra dicen y hacen sin consecuencias. Si aprueban una reforma chapucera e ideológica del código penal y en vez de proteger a las mujeres dejan en libertad decenas de violadores es culpa del machismo de los jueces. Si proponen una cesta de la compra básica que arruina al pequeño comercio y al darse cuenta del disparate la propuesta se esfuma es que sufrimos la dictadura de los distribuidores. Si se saltan la baja maternal a capricho es la presión del heteropatriarcado. Si pagan en B es el despiadado capitalismo. Si les condena la Justicia es la persecución mediática.
Así sí, así se desgobierna de maravilla. De tan ateos se han vuelto santos y hacen el milagro de gobernar siendo oposición al Gobierno. La culpa de cada destrozo es del maleable papá PSOE, la derecha perversa, los insolidarios empresarios, los malvados ricos y de la guerra. No se olviden de la guerra. Podemos es un partido de eterna adolescencia, enrabietado y orgulloso, incapaz de asumir responsabilidades aunque su manoseada utopía naif se despedace a diario. Pero la culpa no es suya, que a ellos no les prometieron gobernar si no asaltar los cielos. Al cielo me apunto. A no ser que el plan del Pablo Iglesias de facultad (que sigue guiando la marabunta) se cumpla a rajatabla y soltar presos es solo el siguiente paso de las termitas para derribar las vigas de la democracia.
Así sí, así se desgobierna de maravilla. De tan ateos se han vuelto santos y hacen el milagro de gobernar siendo oposición al Gobierno. La culpa de cada destrozo es del maleable papá PSOE, la derecha perversa, los insolidarios empresarios, los malvados ricos y de la guerra. No se olviden de la guerra. Podemos es un partido de eterna adolescencia, enrabietado y orgulloso, incapaz de asumir responsabilidades aunque su manoseada utopía naif se despedace a diario. Pero la culpa no es suya, que a ellos no les prometieron gobernar si no asaltar los cielos. Al cielo me apunto. A no ser que el plan del Pablo Iglesias de facultad (que sigue guiando la marabunta) se cumpla a rajatabla y soltar presos es solo el siguiente paso de las termitas para derribar las vigas de la democracia.