En un ‘Especial de Educación’ de un periódico de León he podido ver un cuadernillo con doce páginas completas dedicadas a dar a conocer los principales colegios privados de la ciudad con el título ‘valores para toda la vida’: Estos centros educativos de León ofrecen la mejor formación a sus alumnos sustentados en los métodos más vanguardistas, las últimas tecnologías y un equipo de profesionales cada vez más cualificados.
Estamos en la época de elección de centro. La solicitud de plaza escolar tendrá que presentarse del 21 de marzo al 3 de abril de 2019 en el centro docente consignado como primera opción. Hace dos días que se ha abierto el plazo de solicitud y es necesario darse a conocer en el mercado. Cada colegio saca a relucir sus mejores galas. Los ‘videomarketing’ y fotos más elegantes y atractivas de alumnos en las aulas, en los laboratorios o en los campos de deporte. Y, por supuesto, cada colegio con su eslogan: ‘Todas las garantías de aprendizaje’, ‘la felicidad del alumno es el objetivo más importante’, ‘tradición e innovación educativa desde hace más de un siglo’, ‘el clima idóneo para formarse’, ‘formar ante todo buenas personas’, ‘formación integral e innovadora’, ‘educación cercana y personalizada que fomenta la fe, la cultura y el pensamiento crítico de los alumnos’ o ‘estamos en la vanguardia educativa’. Es muy importante saber vender el producto y la enseñanza privada lo hace muy bien. ¡Nuestra enhorabuena!
Es cierto que las noticias que no salen en la prensa no existen. Puedes llegar a descubrir una vacuna contra el cáncer, pero si no te lo publican no se conoce y no sirve de nada. La prensa tiene mucho poder. En los colegios públicos pueden representarse obras de teatro, ofrecer conferencias y conciertos, participar en olimpiadas, concursos, premios extraordinarios,… «y con mucha frecuencia ganarlos». Si esto no sale en la prensa se queda en la propia comunidad educativa y no llega al público, no es conocido en la ciudad y ni siquiera en el propio barrio.
El prestigio de un colegio debería responder a que reina una buena convivencia; que aprenden matemáticas, lengua o inglés; que obtienen excelentes resultados en pruebas externas como selectividad; o quedan los primeros en olimpiadas, concursos de oratoria o premios extraordinarios. La enseñanza pública no sabe vender sus excelencias, ni siquiera se preocupa de ello. Atribuimos esa dejadez a que el profesor funcionario no está pendiente de que en su centro aumente o disminuya la matrícula, ellos tienen su puesto asegurado y se preocupan sólo de enseñar y educar a sus alumnos. Vienen arrasando en olimpiadas, premios extraordinarios o selectividad, pero esto no suele aparecer en la prensa, se olvidan de publicarlo. Nadie se entera de estos éxitos y por lo tanto como si no existieran. En la enseñanza privada ocurre lo contrario. Su vida depende de la matrícula y esta del prestigio del colegio en la ciudad. Esta es la razón de que por medio de la prensa den a conocer su maravilloso producto. Festividades, conciertos, exposiciones, conferencias, mesas redondas, sesión nacional del parlamentarismo europeo, intercambios lingüísticos. Todo pasa por la prensa, todo es útil para darse a conocer, todo sirve de lustre, todo vale y es aprovechado para conseguir popularidad y fama. Lo hacen muy bien. Ellos saben vender las excelencias de sus colegios. Nuestra más cordial felicitación.
Estamos en la época de elección de centro. La solicitud de plaza escolar tendrá que presentarse del 21 de marzo al 3 de abril de 2019 en el centro docente consignado como primera opción. Hace dos días que se ha abierto el plazo de solicitud y es necesario darse a conocer en el mercado. Cada colegio saca a relucir sus mejores galas. Los ‘videomarketing’ y fotos más elegantes y atractivas de alumnos en las aulas, en los laboratorios o en los campos de deporte. Y, por supuesto, cada colegio con su eslogan: ‘Todas las garantías de aprendizaje’, ‘la felicidad del alumno es el objetivo más importante’, ‘tradición e innovación educativa desde hace más de un siglo’, ‘el clima idóneo para formarse’, ‘formar ante todo buenas personas’, ‘formación integral e innovadora’, ‘educación cercana y personalizada que fomenta la fe, la cultura y el pensamiento crítico de los alumnos’ o ‘estamos en la vanguardia educativa’. Es muy importante saber vender el producto y la enseñanza privada lo hace muy bien. ¡Nuestra enhorabuena!
Es cierto que las noticias que no salen en la prensa no existen. Puedes llegar a descubrir una vacuna contra el cáncer, pero si no te lo publican no se conoce y no sirve de nada. La prensa tiene mucho poder. En los colegios públicos pueden representarse obras de teatro, ofrecer conferencias y conciertos, participar en olimpiadas, concursos, premios extraordinarios,… «y con mucha frecuencia ganarlos». Si esto no sale en la prensa se queda en la propia comunidad educativa y no llega al público, no es conocido en la ciudad y ni siquiera en el propio barrio.
El prestigio de un colegio debería responder a que reina una buena convivencia; que aprenden matemáticas, lengua o inglés; que obtienen excelentes resultados en pruebas externas como selectividad; o quedan los primeros en olimpiadas, concursos de oratoria o premios extraordinarios. La enseñanza pública no sabe vender sus excelencias, ni siquiera se preocupa de ello. Atribuimos esa dejadez a que el profesor funcionario no está pendiente de que en su centro aumente o disminuya la matrícula, ellos tienen su puesto asegurado y se preocupan sólo de enseñar y educar a sus alumnos. Vienen arrasando en olimpiadas, premios extraordinarios o selectividad, pero esto no suele aparecer en la prensa, se olvidan de publicarlo. Nadie se entera de estos éxitos y por lo tanto como si no existieran. En la enseñanza privada ocurre lo contrario. Su vida depende de la matrícula y esta del prestigio del colegio en la ciudad. Esta es la razón de que por medio de la prensa den a conocer su maravilloso producto. Festividades, conciertos, exposiciones, conferencias, mesas redondas, sesión nacional del parlamentarismo europeo, intercambios lingüísticos. Todo pasa por la prensa, todo es útil para darse a conocer, todo sirve de lustre, todo vale y es aprovechado para conseguir popularidad y fama. Lo hacen muy bien. Ellos saben vender las excelencias de sus colegios. Nuestra más cordial felicitación.