07 de Noviembre de 2021
En lo tocante a la ruralidad en invierno debo reconocer y reconozco que nos hemos sumido en el esnortamiento más recalcitrante. Y eso con bar, no nos queremos ni imaginar en qué daríamos si no hubiera bar, cantina, tasca, teleclú, ambigú u otros coleópteros de la misma especie. Laureano ya lo maliciaba: «Hay pueblos que, como no les pongan solución, acaban bebiendo el agua».

Sería el acabose.

Resulta que a consecuencia del calendario ya han pasado los santos, lo que quiere decir que se han marchado los últimos veraneantes, los que se acogen a la tradición y cada mayo dicen «me quedaré hasta los santos» y ésta se convierte en la única promesa que cumplen. Pero los santos también llegan y ellos marchan.

Hasta ahora se hacía llevadero noviembre porque matábamos el gocho, que siempre es un alivio aunque es verdad que hay muertos, que siempre es polémico. Pero con el cuento del ‘Protocolo de sacrificio de animales en régimen doméstico pero no mascotas criados con finalidades de subsistencia y economía tradicional con riesgos tanto sanitarios como fitosanitarios’ —que ha publicado la Junta de Castillón— pues resulta que matar un gocho resulta más complicado que calcular la bisectriz dedos rectas en ángulo mixtilineo.

Antes (medida de tiempo muy socorrida pues no concreta nada) despertabas, salías a la calle y ponías la oreja lista y pronto escuchabas unas casas más allá los gritos de un gocho que no se quería ir de este mundo sin probar pipas Facundo. Ibas para allá, estaban haciendo la matanza y nunca faltaban unas pastas, un dedalín de orujo y un trozo de lomo recién tirado encima la chapa. Oye, que se pasaba el frío como si el alcalde hubiera puesto calefacción por las calles, como en Rusia.

Pero dieron en obligar a aturdir al gocho antes de proceder a tirar de cuchillo. Habíamos encontrado un método infalible, ponerle en el cassette los discursos completos del ministro Ábalos y caían secos, se aturdían en su totalidad. Pero ahora resulta que dice que se los pone y les da por bailar con unos picardías rojo pasión. Un sindiós.