La creación del equipo Roca de la Guardia Civil vino a responder a una demanda que se veía venir desde hace muchos años y que corre serio riesgo de agravarse en los próximos: los delitos que tienen lugar en el medio rural como consecuencia de la despoblación y del envejecimiento de los pocos vecinos que quedan en nuestros pueblos. Estas dos condiciones hacen que resulten especialmente vulnerables las explotaciones agrícolas y ganaderas, donde los amigos de lo ajeno pueden campar a sus anchas en demasiadas ocasiones. No hay más que echar un vistazo a nuestros pueblos, especialmente a aquellos que están alejados de la capital y que sólo ven incrementar su población durante los fines de semana y las vacaciones. En sus más de 3 años de vida, han llevado a cabo ya más de 300 detenciones, lo que indica una media de un centenar cada año, y de estas cifras y de otras a su vez preocupantes como indica el censo poblacional se puede concluir que el problema no ha hecho más que empezar. Las fuerzas de seguridad se tienen que esforzar por garantizar la seguridad en estas áreas que, desgraciadamente, cada día son mayores, cada día resultan un poco más vulnerables. Este buen trabajo de la Guardia Civil se tiene que ver completado con políticas que permitan buscar alternativas económicas y, con ello, fijar población en los pueblos.