Un mes después de acudir a la cita con las urnas, los leoneses conocen al fin de forma oficial cuál es el resultado de las votaciones. Lo cierto es que aún están lejos de conocer de forma oficial quién será su alcalde, aunque parece lógico que saquen ya sus propias conclusiones. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León puso ayer la lógica por encima de la burocracia, la verdad por encima de la legislación, y si el famoso «un acta en sagrada» llenaba las bocas de muchos populares, el alto tribunal ha venido a dar la razón tanto a la Junta Electoral de Zona como a la Fiscalía y, sobre todo, al sentido común. La realidad tiene que prevalecer por encima de los errores comprensibles, incomprensibles, lógicos o ilógicos. Tampoco hubiera sido bueno para un alcalde serlo gracias a un error evidente aunque tuviera de su lado la ley. En cualquier caso, lo que resulta necesario ya es que se celebre cuanto antes la investidura del pleno municipal, ya que, a pesar de que el actual equipo de gobierno está cumpliendo con profesionalidad su cometido, en otros estamentos municipales la parálisis es evidente, pues hay trabajadores municipales más preocupados en posicionarse con respecto a lo que pueda venir que por hacer su trabajo día a día. El retraso en la formación del Ayuntamiento y, por tanto, de la Diputación, no es bueno para la provincia.