La nueva normalidad que se manifiesta en el cambio en el comportamiento de la población en los espacios públicos para protegerse del coronavirus o Covid-19 lleva aparejada en la ciudad otro cambio, en este caso en los hábitos de movilidad, tanto para los peatones como para los conductores, los usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP) y ciclistas. Las obras de peatonalización de Ordoño II son quizás el mejor ejemplo del cambio de la ciudad hacia una urbe con menos vehículos por sus calles más céntricas, pero la limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora, con la excepción de los accesos, se deja sentir en todas la vías. Por el momento, el Ayuntamiento no ha puesto en marcha mecanismos sancionadores para una medida que ya estaba implementada en otros barrios, incluso con calles a 10 kilómetros por hora. No obstante, el equipo de Gobierno municipal defiende que la norma ha llegado para quedarse dentro de la idea de movilidad que vienen desarrollando. Sin dejar el centro, el cambio también se hace visible con la reciente culminación de las obras de peatonalización de las calles Legio VII y Arco de Ánimas, que da continuidad a Burgo Nuevo. La señalización de los ciclocarriles y carriles bus y taxi se ve en las principales vías y la aprobación del expropiatorio de la Ronda Interior es otro gran paso hacia una ciudad más peatonal.