La principal accionista de Endesa, Enel, ha confirmado los peores augurios que hace unos días ponía sobre la mesa el presidente del Consejo Comarcal,Gerardo Álvarez Courel cuando temía que las primeras térmicas en caer en nuestro país serían la berciana de Compostilla y la de Teruel. El 30 de junio de 2020 se finiquita su actividad, según Enel, y se pone en jaque mate a la minería berciana, que cruzaba los dedos y manejaba tiempos más dilatados, al menos en un trienio a mayores. Huérfana de carbón, la comarca berciana ha intentado aliarse a un sector en el que parecía encajar las piezas a la perfección, la agroalimentación. Siete marcas de garantía en sus productos y el potencial para crecer desde solo el 3% de superficie cultivada hacían que ese fuera el camino hasta que la noche del 27 de abril habló desde un termómetro. Durante siete horas y media, las temperaturas cayeron cuatro grados por debajo del cero y eso se llevó por delante casi toda la producción de fruta de pepita. Un golpe que hasta la consejera de Agricultura, Milagros Marcos, reconocía que es complicado y duro. Pero Marcos propone centrarse en el futuro y mirar en perspectiva, con la confianza de que la comarca tiene mucho que decir desde sus productos de calidad. Del carbón ya, solo quedan los coletazos políticos para pedir a las administraciones que tomen medidas.