Va a llegar el día en que por muchos que gritemos en un bar no va a haber quién nos atienda. Se mira de otro modo al trabajo, que para muchos ya no está en el centro de sus vidas y no quieren dedicarle más tiempo que el estrictamente necesario. El problema es que quienes tienen claro que quieren reducir el tiempo y el esfuerzo que le dedican al trabajo no son siempre conscientes, o al menos no en todos los casos, de que reducir carga de trabajo supone también, necesariamente, adaptarse a unos ingresos menores, y en ese peligroso punto nos encontramos. Los hosteleros leoneses alertaron ayer de la problemática para encontrar camareros de cara a la temporada de verano, algo que ya se sabía que estaba pasando en las zonas turísticas y que tiene su explicación en que los pisos turísticos han disparado de tal modo los alquileres que se tienen que pagar cantidades inasumibles a los profesionales del sector para que les interese desplazarse a la campaña estival. Eso se entiende en Ibiza, prácticamente en cualquier costa, pero no tanto en una provincia como León con las tasas de paro que reflejan las últimas estadísticas publicadas.