Por muchos motivos, por demasiados motivos, la presencia del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en León llamó poderosamente la atención. En primer lugar, porque fue él el juez que envió a prisión al entonces presidente de la Diputación Provincial de León, Marcos Martínez, que salió detenido por la Guardia Civil del Palacio de los Guzmanes, y porque es él quien ha instruido el caso de la Operación Púnica, que además de a Martínez ha investigado a varios de los que entonces eran cargos de responsabilidad en la institución provincial. Velasco aprovechó su presencia en León para anunciar el inicio inminente del juicio, que en su primera parte incluirá la parte ‘leonesa’ de esa trama que, aún presuntamente, amañaba contratos públicos a cambio de favores que no siempre eran económicos. Pero, además de todo eso, la presencia de Velasco en León ha resultado relevante por sus declaraciones sobre la situación que atraviesa la justicia en España, una situación que se puede considerar tan grave que el magistrado pidió un «rescate» similar al que se hizo con la banca española, ante la situación de colapso que sufren la mayoría de los juzgados españoles en los que, dijo Velasco, «no se puede vivir de favores». Sus palabras vienen a enfatizar una reclamación que desde hace años hacen todos los profesionales de la justicia y que exige al nuevo Gobierno medidas urgentes para salir de la actual situación judicial.