Dónde guardar los zapatos

02 de Septiembre de 2022
Dónde guardar los zapatos es una cuestión primordial cuando vives en una casa en una aldea de la Cordillera Cantábrica, entre León y Asturias, y llueve y hay todo ese campo alrededor y toda esa montaña, y Él dice, mejor poneos las botas de agua, y entonces salís al campo, a la montaña, al bosque y a los praos con las botas de agua, chof chof, el barro salpica y el pie se hunde y se queda atascado en el humus primordial, y llegáis a casa y Él, el que más sabe de esto, deja las botas fuera, en el patio, así que todos dejáis las botas fuera, y entras de puntillas humedeciéndote los calcetines a buscar las zapatillas de lana que están al fondo del armario, pero las de Pequeño Zar se las comió Balú, el rodesiano, y hay lloros y Pequeño Zar se va a la cama enfurruñado. Al día siguiente sale el sol y decidís ir a la playa y a la puerta de casa, una fila de botas de agua embarradas pero no secas y no las vas a guardar así, y os ponéis las sandalias saltando por encima de las botas embarradas y cuando regresáis, dejáis un reguero de arena, y no vais a entrar en casa con la arena, así que dejáis las sandalias a la puerta y dónde están las zapatillas de verano, al fondo del armario en la caja, y abres la caja y sacas las zapatillas de verano, y dejas fuera las de invierno, por si acaso, y las botas de agua embarradas. Y al día siguiente salís al bosque y a los praos y no hacen falta las botas de agua porque no llovió, sino las de montaña, aunque algo de barro queda, claro, en la Cordillera siempre hay algo o mucho de barro, y cuando volvéis, tenéis barro pegado a las suelas, y al final en el patio están las botas de agua y las de montaña, y las sandalias y las zapatillas de invierno y las de verano, todo multiplicado por tres y Él se pone nervioso, qué hacen aquí tantos zapatos, y dices vamos a guardarlos y los guardáis en la caja enorme de plástico que hay al fondo del armario y barréis el suelo del patio. Y sale Pequeño Zar y dice, mamá, quiero ir hasta la fuente a ver si hay tritones, qué zapatos me pongo, y tú le miras los pies, está descalzo, y Él dice NO, otra vez a abrir la caja, pero no va a ir descalzo, dices, pues que no salga, replica Él, y de pronto os miráis y os da un ataque de risa, se os caen las lágrimas de la risa, porque dónde guardar los zapatos es una pregunta fundamental para una pareja en la Cordillera Cantábrica, entre León y Asturias, creedme si os lo digo, lo sé por experiencia.