En una época de crisis y de dificultades, pero sobre todo en unos tiempos en los que hay exceso de oferta de todo y mucha competencia en lo que sea, renacer y reinventarse cada poco es primordial para subsistir en algunos sectores. Eso es de primero de comerciante y si de lo que se trata es de emprender, a esas condiciones hay que añadir unas cuantas disposiciones más que a veces son llevaderas pero otras se convierten en piedras en el camino para quienes tienen una idea de negocio y pretenden llevarlas a cabo.
Afortunadamente, al mismo tiempo que por desgracia en algún que otro caso interesante que se ha tenido que quedar por el camino o al menos no se ha podido realizar con las pretensiones iniciales, conozco más de un proyecto que se quedó en simples aspiraciones porque detrás de la grandilocuencia y de las palabras de un charlatán de estos que aparecen de la noche a la mañana pintando un panorama color rosa, no hay un banco ni unos inversores dispuestos a arriesgar dinero.
Y es que ahí está la palabra clave, el riesgo. Porque, haciendo un parecido con lo de ir de caza, cuando se tira con pólvora ajena es más fácil disparar a todo lo que se mueve sin pensar si se va a acertar con el tiro o es tontería apretar el gatillo sin haber apuntado bien al objetivo. Y si hay voluntarios dispuestos a proporcionar cartuchos de sobra, ‘Ancha es Castilla’.
Si no lo sabía, lo de ‘Ancha es Castilla’ es una expresión surgida en tiempos de la Reconquista ante la extensa y desolada Castilla que ofrecía múltiples posibilidades a quien se propusiera asentarse, que era un lugar de oportunidad para todo y para todos sin contemplar miramiento ni riesgo alguno.
Porque, mire, es muy bonito ir de vacaciones al pueblo una o dos semanas en verano, cuatro días en Navidad y otros cuatro en Semana Santa y pretender darle una vuelta al territorio prometiendo que una villa de cuarenta vecinos se va a convertir en la nueva Marbella. Pero León, por desgracia, hace años que va por otro camino muy diferente y a corto y medio plazo no tiene pinta de ser muy diferente.
Afortunadamente, al mismo tiempo que por desgracia en algún que otro caso interesante que se ha tenido que quedar por el camino o al menos no se ha podido realizar con las pretensiones iniciales, conozco más de un proyecto que se quedó en simples aspiraciones porque detrás de la grandilocuencia y de las palabras de un charlatán de estos que aparecen de la noche a la mañana pintando un panorama color rosa, no hay un banco ni unos inversores dispuestos a arriesgar dinero.
Y es que ahí está la palabra clave, el riesgo. Porque, haciendo un parecido con lo de ir de caza, cuando se tira con pólvora ajena es más fácil disparar a todo lo que se mueve sin pensar si se va a acertar con el tiro o es tontería apretar el gatillo sin haber apuntado bien al objetivo. Y si hay voluntarios dispuestos a proporcionar cartuchos de sobra, ‘Ancha es Castilla’.
Si no lo sabía, lo de ‘Ancha es Castilla’ es una expresión surgida en tiempos de la Reconquista ante la extensa y desolada Castilla que ofrecía múltiples posibilidades a quien se propusiera asentarse, que era un lugar de oportunidad para todo y para todos sin contemplar miramiento ni riesgo alguno.
Porque, mire, es muy bonito ir de vacaciones al pueblo una o dos semanas en verano, cuatro días en Navidad y otros cuatro en Semana Santa y pretender darle una vuelta al territorio prometiendo que una villa de cuarenta vecinos se va a convertir en la nueva Marbella. Pero León, por desgracia, hace años que va por otro camino muy diferente y a corto y medio plazo no tiene pinta de ser muy diferente.