¿Al pairo? Cuenta atrás (8)

18 de Mayo de 2022
En verdad, no hay que ser un lince para ver cómo día a día, promesa a promesa, engaño a engaño, estos leones que habito y observo y vivo se dirigen, sin timonel o comandante causante (al menos en apariencia), hacia un futuro abismal. En este caso la responsabilidad es cosa que, como mancha en camisa blanca, nadie quiere tener y se lanza de arriba abajo y de derecha a izquierda y, en ambos casos, viceversa.

Escuchando y leyendo las declaraciones de las portavocías de las variadas organizaciones sindicales, políticas, empresariales, comerciales y culturales participantes en la manifestación del pasado día 12, conste que me zarandeó en la duda de si ponerme a llorar o echarme a reír y, ante el agobio, hube de abrir alguna interrogación a modo de ventana.

¿De verdad no nos vacilan unos y otros? ¿Puede decir el diputado Cendón (PSOE) que «desde la unidad tenemos que construir el futuro que León se merece»? ¿Y el senador Vélez (PP), puede afirmar que ve la «unión de todos los leoneses, para entre todos intentar conseguir las cosas»? ¡Que se casen! Además de para que ahora vengan a marcarnos tarea (¿entre todos?), para qué los queremos en Madrid, ¿para representar a todos los leoneses en las respectivas cámaras o su verdadero papel es representar aquí la prédica de sus partidos?

Podría, además, apadrinarlos la FELE y la Cámara de comercio que sí se manifestaron, pero «contra nadie». Vamos, que lo hicieron como amigos (de todos), pero sin compromiso.

¿Cómo es esto? ¿Los partidos hablando de unidad a los ciudadanos y los empresarios protestando contra nadie? ¿Entonces qué fue: una protesta, una rogativa para cambiar el destino que nos fuera dado por no se sabe quién (no es el caso) o una manifestación contra nosotros mismos?

¿Soy el único que ve cómo los sucesivos gobiernos de cualquier ámbito gastan más energías en boicotear lo hecho o iniciado por el anterior que en mejorar presentes y futuros de los ciudadanos como es su obligación política?

Amén de la harina identitaria –de y para otro costal y día– el único optimismo observado ha sido el denigrante de los estimadores de participantes (15000, los profesionales, 40000, los especuladores). Vergüenza.

Y como hoy escribo con Julio Anguita en la memoria (dos años ya de su ausencia), nos haré a todos una pregunta suya «¿qué vais a hacer además de protestar?». Yo respondo parafraseándole: yo no votaré a ladrones ni, por descontado, me callaré, por más que algunos sigan… ¿al pairo? ¡Ay listos!, ¡que hay listas!

Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!