Tres pasos en el proceso creativo de Reme Remedios

La exposición incorpora una serie de cuadros de gran valor metafórico que han tenido mucha significación en la producción de la artista durante los últimos años

Vicente García
12 de Marzo de 2019
La artista orensana afincada en El Bierzo, Reme Remedios, en Ármaga.
Reme Remedios presenta en la galería Ármaga una serie de pinturas de diferentes etapas de su devenir artístico. No entramos a valorar algunas muestras de la Carpeta Roja, ni de los relicarios, que están someramente representados en la exposición, sino de los cuadros de gran valor metafórico que han tenido mucha significación en su producción durante los últimos años.

Un primer bloque con cuadros de diferentes tamaños bastante irregulares presenta su estado artístico en el año 2007, en los que el trazo más o menos intenso se combina con fuertes manchas de color representando en todos ellos una figura esencial de mujer con cuerpo desnudo junto con otras figuras humanas con cuernos, extremidades extrañas y elementos zoomórficos que les acompañan: serpientes, vacas, o figuras irreconocibles.

En un segundo bloque de 2017, diez años después, Reme Remedios presenta varias piezas pintadas desde el fondo del sentimiento unas pinturas sobre papel con tonos oscuros, dedicados a la maternidad y se puede ver que están dibujadas con gran delicadeza desde la ternura. Imágenes con caras angustiadas y tiernas, en grises y negros con ese toque de color rojo que tanto utiliza, aunque en esta ocasión mínimamente.

Por último hay otra serie de ocho cuadros, todos de un mismo tamaño, del presente año, realizados, según la autora, para esta exposición, donde hay un derroche de color, con un título que no incita precisamente a la alegría: «chorar». Y las figuras humanas, preferiblemente femeninas allí representadas hacen eso, llorar, con un llanto persistente que se muestra en unas imágenes llenas de color y de vida, no es un llanto triste, no muestran la tristeza, sino un llanto colorista que lo impregna todo. Junto con la mujer lloran los animales y esos seres extraños como cíclopes también lloran, lloran desde todas las partes de sus cuerpos, lloran y lloran. Como su autora dice: «¿Qué es ahora, doce años después, la necesidad de cubrir casi todo el soporte, llenar de color, dejar llorar las figuras que asoman desde el imaginario, hacer ruido de agua en el silencio blanco?».

Con motivo de la exposición, la artista afincada en El Bierzo costestó a varias preguntas de La Nueva Crónica.

– ¿Cómo definirías las diferentes etapas creativas que muestras en esta exposición?
– Las definiría como búsqueda y diálogo con los materiales, el papel como soporte y el permiso de experimentar sobre él con diferentes técnicas que, en 2007, eran grafito y, apenas, acrílico .Y en 2018 y 2019, acuarela, carboncillo y acrílico.

– ¿Cuáles son los sentimientos y sensaciones que te empujan a crear las maternidades?
– La serie ‘Maternidades’ tiene que ver con los aspectos mas dolorosos de la maternidad. Es una expresión de la frustración y el dolor que, también, pueden estar presentes en el camino de las madres, de los hijos y las hijas.

– De la última parte de la exposición, chorar, ¿cuáles son tus sensaciones al crearlo y al ver el resultado?
– Son ocho acuarelas y tinta en rotulador sobre papel, miden 38 x 28 cm. y es una serie en la que sigo trabajando. En Braga, Portugal, visité el Templo del Bon Jesus do Monte. Las fuentes de la escalinata «lloran» incesantes y acompañan la subida al templo, la bajada a la ciudad; chorros de agua encuentran un canal de salida en las esculturas de piedra para llorar perpetuos, los ojos, las orejas, la boca, la nariz… Escuchándolas, conecté con esa sensación de cuando el cuerpo llora solo, como algo orgánico, sin llanto ni drama. Así dejé «chorar» las imágenes que llegaban al papel mojado con el agua de la acuarela.