Contaba José Luis Prada, Prada a Tope, en una de sus celebradas presencias en la Universidad cómo los expertos en marketing y publicidad le auguraban poco futuro a la campaña preparada en sus inicios por él mismo y basada fundamentalmente en su rostro como eje central de la misma. No acertaron. Como no esperaba la empresa de albañilería de Villaverde de Sandoval de Marcos Sahelices el éxito derivado de una ingeniosa frase que decidió colocar en los cristales de su furgoneta o en su camioneto: «Obrucas y chapuces». Directo y sin engaños. Pronto le sorprendió que dejaba los vehículos aparcados en cualquiera de los rincones de su comarca o Mansilla de las Mulas y nunca faltaba quien se acercara a ellas para hacerle unas fotos, «como si fuera un gran cartel de publicidad. Al menos, es más fácil de recordar» y quien necesite unas obrucas sabe dónde acudir... y si la obra es más grande también.
Que el éxito del marketing rural le ha hecho contratar personal.
Que el éxito del marketing rural le ha hecho contratar personal.