Entraban abrigados y frotándose las manos... pero allí estaban, al menos varias decenas de fieles de la celebración de las Candelas en la iglesia de Santa Marina la Real, que es la que tradicionalmente viene acogiendo esta fiesta.
La tarde estaba de perros, los vientos azotaban fuerte, pero se trata de una de esas celebraciones que tiene su día y no otro, el día de las Candelas, a continuación de San Blas, que es cuando en la capital se celebra este emotivo acto en el que la ceremonia rememora el día que la Iglesia celebra la festividad de La Purificación de La Virgen —exactamente cuarenta días después de la celebración de la Navidad— y que popularmente conocemos como el día de ‘Las Candelas’, por la luz, por aquello de la vela que era tradición que las madres recién paridas llevaban al templo, una vez superada aquella rígida cuarentena que los tiempos imponían.
Una vieja tradición de esta ciudad que este sábado acudió a su cita, contra viento y marea, y con velas, que hacían más falta que nunca.
La tarde estaba de perros, los vientos azotaban fuerte, pero se trata de una de esas celebraciones que tiene su día y no otro, el día de las Candelas, a continuación de San Blas, que es cuando en la capital se celebra este emotivo acto en el que la ceremonia rememora el día que la Iglesia celebra la festividad de La Purificación de La Virgen —exactamente cuarenta días después de la celebración de la Navidad— y que popularmente conocemos como el día de ‘Las Candelas’, por la luz, por aquello de la vela que era tradición que las madres recién paridas llevaban al templo, una vez superada aquella rígida cuarentena que los tiempos imponían.
Una vieja tradición de esta ciudad que este sábado acudió a su cita, contra viento y marea, y con velas, que hacían más falta que nunca.