-¿Don Santos?
- No, Santos.
– Vale, ¿Santos?
– Eso es Santos, para servirle.
– ¿Santos qué?
– Santos el de Valverdín.
– ¿No salió de Valverdín?
– ¿A qué?Al médico, a la mili y aquellas cosas de la guerra.
– ¿Fue dura la guerra?
– Fue inhumana.
– Creo que estuviste preso.
– Estuve. Aquellas cosas no tenían sentido, era un niño, tendría 16 años, apresar a un niño no se debería permitir, es inhumano. Un niño no hace daño, no tiene maldad... apresarlo.
– A otra cosa, que te pones triste.
– Eso, aotra cosa, pero espera.
– Espero.
– Tendría yo caundo eso la edad de la niña tuya, piénsalo.
– No quiero ni pensarlo. Oye, de Valverdínera también el poeta que ganó el Premio Nacional de Poesía después de haber muerto ¿lo conociste?
– ¿ABasilio (Fernández)?¡Cómo no lo iba a conocer!, las veces que estuve con él como estamos ahora tu y yo. No me extraña que haya ganado eso que dices, era listo, ¡qué digo listo!Más que eso. Después se fueron para Asturias y siguió siendo listo, dice que hizo carrera y que hizo dinero, valía para todo.
– También Santos valía para todo, dicen que fuiste pescador de los buenos de la comarca.
– Entendía la caña, sí señor. Yo sí salía al río no volvía de vacío, la cesta pesaba, sí señor. El río es conocerlo.
– ¿Algún naso pondría?
– ¿Quién no?Entonces era otra cosa, si había una necesidad, pero yo era pescador de caña.
– ¿Vendía las truchas?
– Sí, aquí por la zona, algo ayudaban para el sustento de la casa.
– ¿Hasta cuándo pescó Santos?
– Hasta hace cuatro días, pero ya por entretenerme, pero con la enfermedad y toda esa cosa, pues lo vas dejando.
– Ahora a jugar al tute, la partida no la pierdes.
– No, tenemos ahí un debate.
– Esas mujeres con las que juegas yo creo que te hacen trampas.
– ¿Tú crees? ¡Qué se yo!Oye, ¿y porqué salgo en el periódico?
– Por buena gente ¿Te parece poco?
- No, Santos.
– Vale, ¿Santos?
– Eso es Santos, para servirle.
– ¿Santos qué?
– Santos el de Valverdín.
– ¿No salió de Valverdín?
– ¿A qué?Al médico, a la mili y aquellas cosas de la guerra.
– ¿Fue dura la guerra?
– Fue inhumana.
– Creo que estuviste preso.
– Estuve. Aquellas cosas no tenían sentido, era un niño, tendría 16 años, apresar a un niño no se debería permitir, es inhumano. Un niño no hace daño, no tiene maldad... apresarlo.
– A otra cosa, que te pones triste.
– Eso, aotra cosa, pero espera.
– Espero.
– Tendría yo caundo eso la edad de la niña tuya, piénsalo.
– No quiero ni pensarlo. Oye, de Valverdínera también el poeta que ganó el Premio Nacional de Poesía después de haber muerto ¿lo conociste?
– ¿ABasilio (Fernández)?¡Cómo no lo iba a conocer!, las veces que estuve con él como estamos ahora tu y yo. No me extraña que haya ganado eso que dices, era listo, ¡qué digo listo!Más que eso. Después se fueron para Asturias y siguió siendo listo, dice que hizo carrera y que hizo dinero, valía para todo.
– También Santos valía para todo, dicen que fuiste pescador de los buenos de la comarca.
– Entendía la caña, sí señor. Yo sí salía al río no volvía de vacío, la cesta pesaba, sí señor. El río es conocerlo.
– ¿Algún naso pondría?
– ¿Quién no?Entonces era otra cosa, si había una necesidad, pero yo era pescador de caña.
– ¿Vendía las truchas?
– Sí, aquí por la zona, algo ayudaban para el sustento de la casa.
– ¿Hasta cuándo pescó Santos?
– Hasta hace cuatro días, pero ya por entretenerme, pero con la enfermedad y toda esa cosa, pues lo vas dejando.
– Ahora a jugar al tute, la partida no la pierdes.
– No, tenemos ahí un debate.
– Esas mujeres con las que juegas yo creo que te hacen trampas.
– ¿Tú crees? ¡Qué se yo!Oye, ¿y porqué salgo en el periódico?
– Por buena gente ¿Te parece poco?