Cuando visitamos lugares que hemos visto en fotografías muchas veces tendemos a idealizar el entorno y dar por supuesto su contexto. Un buen ejemplo son las famosas piedras de Stonehenge que solemos imaginar en una pradera inmaculada y, sin embargo, se encuentran justo al lado de una carretera (disculpad el spoiler). Este paisaje pantanoso es parte del paisaje de los templos de Angkor.