Cuando visitamos lugares tan concurridos como los templos de Angkor nos olvidamos de que las personas que viven allí también interactúan con los monumentos. Muchas veces nos perdemos en el pasado sin ver ni entender esa historia presente que desconocemos. En Angkor, escondidos entre la vegetación, se encuentran pequeños templos a los que la población local sigue llevando ofrendas.