Angkor Wat como la torre Eiffel, la Alhambra o las pirámides de Gizeh es uno de esos destinos soñados que todo viajero tiene en mente en algún momento, el problema es que miles de personas piensan igual por lo que la visita es muy concurrida. Esas imágenes bucólicas de piedras y selva se convierten en turistas y palos selfies por doquier. El eterno dilema entre la preservación y el turismo, las expectativas y la realidad.