Atrás quedaron esos años en los que los bares eran solo para ellos. La paridad sí está presente a un lado y a otro de la barra, pero todavía hay cuestiones que aún se remontan a tiempos pasados. Están él y ella en una mesa, esperando la llegada de la consumición, y el camarero acude con todo lo pedido. Cerveza para él y refresco para ella. Quizá es un vino para el hombre y un mosto o butano para la mujer. ¿Por qué? Son muchos los que aún no preguntan y dan por hecho que el alcohol siempre es para el hombre y lo más ‘sano’ es para ella. ¿Por qué? Por suerte, otros muchos camareros preguntan antes de servir para así no equivocarse. Porque el alcohol no tiene género.