"De lo económico se sale... del virus igual no"

Hosteleros del Bierzo afrontan con pies de plomo la reapertura de sus terrazas, y aunque "hay ganas", también hay miedo a exponerse a contagio y a la falta de rentabilidad

D.M.
16 de Mayo de 2020
Palacio de Canedo, uno de los establecimientos que no pretende abrir aún.
Hay muchas ganas de abrir, de trabajar y de facturar para seguir adelante. Pero la prudencia, las dudas sobre la rentabilidad de sus negocios con las nuevas reglas,y muchas veces el miedo, todavía sobrevuela entre muchos hosteleros bercianos, que van dando pequeños pasos con pies de plomo hacia la Fase 1 de la desescalada, en la que el Bierzo entra el lunes.

Por el momento sólo una veintena de locales con licencia de terraza han firmado en Ponferrada la declaración responsable para cumplir las normas de la Fase 1, que les obliga a reducir sus mesas al 50% de los puestos y a dejar distancias de seguridad entre ellas. Todo ello, pese a las facilidades de reducción de tasas y aumento de espacio que ofrece el Ayuntamiento.

Las dificultades para muchos es el espacio, sobre todo para los locales que están en calles más estrechas. Pero otro tipo de negocios de hostelería más grandes tampoco encuentran facilidades en esta Fase 1 y no abrirán en estos primeros días. Es el caso del Palacio de Canedo, el emblemático establecimiento de Prada ‘A Tope’, que no prevé abrir ni si quiera con el gran espacio al aire libre del que dispone. «Nosotros no tenemos problema de espacio, pero al no haber movimiento turístico para nosotros no va a ser rentable, sólo con el público de la zona que además está en circunstancias de Erte,empresas cerradas, con el miedo.... Tendríamos que incorporar a mucho personal para dar un servicio adecuado a las necesidades y a las restricciones, controlar, informar... así que por el momento estamos preparando toas las medidas, ampliando espacios y vamos a esperar», explica Flor Bonet, gerente del Palacio.

No obstante no deja de llamarle la atención muchas de las cuestiones que se plantan ahora para los locales. «Parece que nos hemos inventado ahora que hay que limpiar. Aquí en el Palacio cada habitación se limpia y desinfecta escrupulosamente después de cada uso, las cocinas... trabajamos con alimentos y las medidas de higiene tiene que ser siempre máximas cómo ha sido siempre».

Pero más allá de los grandes centros de turismo,los locales pequeños también tienen sus circunstancias. Por ejemplo en Las Médulas, el alcalde de Carucedo, Alfonso Fernández, reconoce que los cuatro locales con terraza que hay en el pueblo de Médulas no quieren abrir por el momento. «Viven aquí ytienen miedo que el pueblos se llene de gente, porque los turistas ocupan la calle principal, donde viven y hacen su paseo los vecinos,y la gente aquí es mayor yde riesgo. Además, las terrazas son pequeñas y es muy difícil para ellos establecer las medidas».Otra de las preocupaciones de cara a cuando puedan abrir es precisamente las inversiones que deban realizar para poder guardar las distancias y los controles. «Tiene miedo a hacer inversiones en seguridadque no saben si van a servir, como pasó con la Ley Antitabaco, que primero dividieron el local para fumadores, luego se prohibió fumar dentro... son establecimientos que tienen por si mismos un límite para trabajar, por mucho que trabajen, dan para lo que dan por su espacio y sus condiciones», explica.El Consistorio les reducirá la tasa del agua y les apoyará con alguna otra medida, «pero también tenemos los recursos limitados», explica el regidor que, como veterinario de profesión y conocedor de epidemias y situaciones sanitarias complicadas, reconoce que «esto nos ha sorprendido a todos».

Otro tipo de locales, que funcionan con el día a día de los vecinos del pueblo, como pueda ser la cafetería Unión en Fabero, también prefiere esperar. «De lo económico se sale, aunque sea duro, del virus igual no, hay mucha gente queya se ha ido y no vuelve», reflexiona Pedro Cachón propietario de una de las cafeterías más populares de Fabero. Aguardarán, creen, al menos hasta la Fase 2, y posiblemente pueda abrir otro de sus locales, el Uni2, que dispone de espacio más amplio de terraza.«Se sabe que ha habido casos en el pueblo, aquí hay mucha población de riesgo, creo que cuanto más tardemos en abrir, habrá menos casos, menos riesgo de contagios y será mejor para todos», explica. «Aunque hay ganas, creemos que es el momento de ser lo más prudente posible».