Ponferradina 1 - Las Palmas 2: 'Asedio, carambola y mala sombra'

Agónico final en el Toralín con dos goles de Las Palmas, uno sobre la bocina, que sacan de la fase de ascenso a una Ponferradina que se adelantó con gol de Yuri

Fulgencio Fernández
03 de Abril de 2022
Ojeda encara a los defensores de Las Palmas. | LALIGA
Hubo un bar en Oviedo (tal vez lo haya aún) que para buscar la clientela del vermú matinal del domingo le puso por nombre ‘Misa de 12’y así los paisas se iban de casa a menos cuarto con un «voy hasta la misa; nos vemos después». No le hacen falta a la Ponfe trucos para reunir a las gentes en torno a ella, y más en este año del Centenario. El Toralín ya es una eterna ‘misa de 12’ y el equipo rival solo le aporta añadidos, cierto «color» añadido, el aliciente son ellos, las escuadras de Bolo al mando de Yuri, el eterno general.

Pero ayer los alicientes, los colores añadidos se iban sumando minuto a minuto. En las clasificaciones oficiales pintan en rojo a los cuatro que se meterían en la fase de ascenso... y la Deportiva era la cuarta en rojo y detrás, queriendo entrar al rojo, aparece Las Palmas, de viaje hacia El Toralín. Y en la mañana se supo que el Oviedo iba ganando y se metía, de momento, en la zona en rojo. A la espera de que Ponfe y Las Palmas diriman subatalla.

Hablando de colores Las Palmas es el amarillo más famoso de nuestro fútbol, anterior al submarino. Un color vestido de leyenda pues en esa isla, sin importar la división por la que transite, aparece de repente un genio que siempre toca el balón como los dioses. Los viejos del lugar recuerdan a Tonono, que siendo central fue capaz de impresionar a Beckembauer. Los jóvenes a Juan Carlos Valerón, la fragilidad hecha arte. Y entre los que llegaban al Toralín andaba un Jonathan Viera que hace honor a esta tradición, como el imprevisible Jesé, imparable los días que le puede más la pasión por el fútbol que la pena por el final de ‘Sálvame’.

Yuri volvió a ser el más listo de la clase y supo sacar petróleo de un saque de banda que convirtió en gol Había que ir. Y estaban. Casi 7000 en un Toralín en el que se escuchó durante todo el partido, incluso después de la derrota, esa banda sonora de «Deportiva, mi corazón late por tí».

Y así empezó todo. Cierto, sin Copete, Enrich o ese Medina que bien podría ser parte de la leyenda amarilla; pero con Bolo al timón y Yuri a los mandos en el prao. Tira y afloja. Los amarillos querían la pelota, los blanquiazules llevarse el gato al agua y en el minuto 22 y 22 segundos de este año 22 Edu Espiau se encuentra un balón suelto y con suavidad, mirando hacia lo que quiere lo empuja a gol... pero se estrella en el poste. Bolo hace un gesto con la mano como queriendo decir, «ese es el camino». Y todavía andaba enfrascado en la mala suerte de lo que pudo ser y no fue cuando un fuera de banda, un balón que pilló a Jesé en Sálvame y regaló, pero nada peligroso, un fuera de banda...

Nada peligroso salvo que el visionario Benito Floro tuviera razón en aquellas famosas charlas en las que se pasaba una hora analizando en fuera de banda. No debió conocer Ríos Reina a Floro, pero lo sacó como él explicaba y el balón llegó al área, medio suelto, medio no...

¿Y quién apareció? Pues claro, Yuri. Se adelantó a Curbelo, puso el interior de la bota,salvó a Álvaro... y el Toralín se rindió, una vez más, al Hijo Adoptivo del Bierzo. 1-0. La Ponfe se metía nuevamente en la zona roja de la fase de ascenso a costa de los amarillos.

Empezó otra historia. Las Palmas pidió el balón, como cuando el rico del pueblo jugaba porque el balón era suyo, y la Deportiva se lo dio. «Para tí, tuyo es» pero se colocaron para aguantar el asedio que se intuía. Y que llegó.

Pascanu fue expulsado en el minuto 75 en la primera falta que cometió, como él mismo le recordaba al colegiado Tranquilos. Bien colocados. Desesperando poco a poco a los amarillos que buscaban a Viera para que hiciera magia, pero a cada amarillo le rodeaban varios blanquiazules para desesperación de un García Pimenta que lo intentaba todo, lo cambió todo... Y si encontraban un hueco ahí estaba Amir, con varias paradas de portero grande.

El asedio seguía. Bolo también movió piezas... pero a Pascanu, aunque tenía amarilla, no lo tocó porque era el que tenía la llave del muro, todo chocaba en él.

Y llegó el minuto 75. La recta final. Pascanu hizo «su primera falta», un pisotón, y vio la segunda amarilla. El central le repetía al árbitro: «Es la primera falta que hago». Viajo a las estadísticas de los jugadores y dice: «Pascanu: Faltas, una; tarjetas, dos». Es lo que hay.

En el 85 una carambola doble le da el empate a los isleños y ya sobre la bocina la Ponfe «se duerme» en un rechace Empieza otro partido. Todavía andaban colocándose sin Pascanu cuando Jesé avisa de que se van a aprovechar. Aguantan los bercianos pero en la recta final, la ultimísima, en el minuto 85, ocurre una carambola de esas que te avisa de que lo malo que pueda pasar... pasará. Dispara Kirian desde lejos, a Yuri —ayudando allí— no solo le pasa por entre las piernas sino que la desvía un poco para que tampoco pueda reaccionar Amo, que también le pasa por debajo de las piernas y la desvía, ahora para el lado contrario, para volver loco a un Amir que parece decir: «Paradas sí, milagros no». Otra vez la mala sombra de los minutos finales.

Y cuando echábamos las cuentas del empate. Pensábamos donde estaba el coche en el aparcamiento, Coco lanza un misil, casi desde su casa, ante el que Amir hace otro paradón pero, hay que reconocerlo, los defensores de la Ponferradina también se habían ido ya a la ducha y Rober solo machaca el segundo gol, saca a la Ponferradina del color rojo de la fase de ascenso, se mete en ella el azul del Oviedo...

Demasiado castigo. Puede que no sea injusto, pero ya está bien de estos disgustos el año que cumples 100.