Aunque deja gotas de talento y sobre todo de esfuerzo e ilusión, sigue acusando mucho la escuadra rojilla su falta de veteranía. En intangibles como el conocimiento de la competición se han resuelto casi completamente las dos derrotas del cuadro rojillo. Si ante IDK Euskotren resistió hasta el último cuarto, esta vez, ante un conjunto sobrado de variantes y recursos de todo tipo, perdió sus opciones en un tercer cuarto en el que el nivel de acierto fue muy dispar en uno y otro lado de la cancha. Las buenas defensas no tuvieron su reflejo en un marcador bastante parejo en los primeros veinte minutos.