La celebración marcó un partido con poca historia, en el que los leoneses abrieron brecha ya en los primeros compases y ‘rompieron’ definitivamente el encuentro en el arranque de la segunda mitad hasta acabar ganando 33-22, y que tuvo como única nota negativa la lesión de hombro en un choque en los primeros minutos de Juanjo Fernández.
El Ademar, que nunca fue por detrás en el marcador, cogió pronto 6 goles de ventaja (10-4) con un parcial de 7-1 Fue el lunar de un encuentro marcado por los detalles: como la ovación que se llevó en la presentación el históricotécnico visitante Zupo Equisoaín, el debut en la presente temporada tras su grave lesión de un Acacio que incluso acabó marcando gol o el duelo entre hermanos de los Simonet, con Pablo liderando con cinco tantos la anotación alicantina pero Sebastián llevándose la victoria en el zurrón.
Y es que en el aspecto deportivo el Benidorm, que nunca fue por delante, sólo aguantó siete minutos ‘vivo’. En ese momento, el intercambio de golpes llevaba el marcador al 3-3. Pero ahí los leoneses dieron su primer tirón y los alicantinos ya nunca se recuperaron de él.
Un parcial de 7-1, en poco más de seis minutos, lograban los leoneses, liderados por un estratosférico Alejandro Costoya. Porque, en un día en el que prácticamente todos rindieron a gran nivel, el lateral asturiano sobresalía por encima del resto, marcando ocho goles en ocho tiros y mostrándose imparable tanto con sus penetraciones como con sus lanzamientos lejanos para un Benidorm que sufrió en defensa y al que nunca le acompañó la portería.
Costoya no falló ni uno de sus 8 tiros, Acacio debutó y marcó, y Pablo destacó en el duelo entre los hermanos Simonet El tiempo muerto de Zupo frenaba un poco el vendaval ademarista, pero los seis goles de diferencia se mantenían en el marcadorgracias a la efectividad de Juanín García en los siete metros, las primeras paradas de Cupara y los tantos de un Leo Santos acertado, que un día más demostró que es otro jugador cuando le entra el primer ‘zambombazo’ y suplió con sobresaliente la ausencia de Juanjo en el centro de la defensa.
Con los goles de Corzo conseguía reducir a cuatro (15-11) Benidorm en el momento de irse a vestuarios, llegando por tanto con vida a la segunda mitad. Sin embargo, poco les duró la alegría, pues no llegaron a dar un paso más ni a bajar nunca de esa distancia para soñar con la remontada.
El temido contraataque leonés empezaba a hacer acto de presencia con Juanín, Piñeiro y un Mario más apagado en la primera parte pero a su excelente nivel de los últimos tiempos en la segunda; Vieyra sacaba su brazo a pasear con dos ‘golazos’ desde nueve metros; y Nacho Biosca, que entraba por Cupara en el descanso, volvía a demostrar el gran momento de forma que atraviesa y comenzaba su exhibición.
Biosca volvió a salirse en un Ademar que se quedó a un punto de sellar la segunda plaza matemáticamente Con esos mimbres y una buena defensa, el partido quedaba muerto con 18 minutos aún por delante, pues la diferencia se disparaba hasta los 10 goles de diferencia (24-14).
La distancia podía llegar a ser sonrojante visto el enorme nivel ademarista y que Zupo guardaba a sus principales hombres pensando en las tres últimas jornadas en las que se jugará la salvación, pues están ahora mismo dos puntos por encima del descenso, pero el Benidorm nunca bajó los brazos e incluso llegó a ponerse a siete aprovechando las superioridades, pues el Ademar sufría tres exclusiones en apenas siete minutos de juego.
En el minuto 42 el Ademar se había ido ya de 10 (24-14) y sentenciado, pero Benidorm nunca llegó a bajar los brazos Hasta el 25-18 fue lo máximo que les dejó llegar un Ademar que recuperaba su máxima renta en un tramo final en el que Biosca siguió su exhibición y hubo protagonismo para los secundarios, marcando un gran tanto sin ángulo desde el extremo Nacho Huerta, un gol desde seis metros Javi García y por fin, para cerrar el choque poniendo la máxima ventaja del Ademar, también un gol en el día de su vuelta un ovacionado Acacio.
Al final, 33-22 y el objetivo de la segunda plaza a falta sólo de confirmación. Con un punto en la pista del Valladolid, en casa frente a Cangas o en Aranda, el Abanca Ademar conseguiría cerrar el que debería ser su regreso a la mejor competición del mundo.