La representación de USO en LM-Windpower denuncia que la dirección de la planta de componentes eólicos ha roto el acuerdo de distribución de jornada al que se había llegado con la plantilla de forma unilateral y “nos ha impuesto un nuevo calendario laboral, cuando en marzo de este mismo año firmamos un convenio colectivo a cuatro años en el que quedaba definida la distribución de la jornada de una forma diferente a la que ahora buscan implantar", manifiesta Gabriel Garnelo, presidente del comité de empresa por USO.
Recuerda que hace dos meses la dirección de la planta le presentó a la representación legal de los trabajadores un calendario conforme a dicho convenio. Ahora, "a las puertas de las vacaciones, la empresa vulnera lo acordado y obliga a la plantilla a aceptar sus nuevas condiciones, presentando como única alternativa la rescisión de su contrato”, lamenta Garnelo.
Según los cálculos de USO, la nueva jornada supondría el incremento en un 50% del número de fines de semana a trabajar, la pérdida de los descansos acumulados y la eliminación de los apartados del acuerdo que están orientados a promover y facilitar la conciliación de la vida laboral y personal, entre otros incumplimientos. Además, apunta que "hay una marginación de un colectivo completo, pues el calendario de nueva implantación solo afectaría al personal de taller. El director y todo el equipo de dirección, por supuesto, se ceñirán a un calendario de lunes a viernes”.
Para Garnelo, esta imposición resulta "abusiva y alevosa. Demuestra el talante con el cual la nueva dirección ha asumido su cargo y su nulo respeto hacia los acuerdos alcanzados. Están priorizando sus propios intereses a la vida familiar de los trabajadores y, además, sus decisiones atentan contra la normativa de adaptación de la jornada de trabajo en favor de la conciliación", concluye.
Recuerda que hace dos meses la dirección de la planta le presentó a la representación legal de los trabajadores un calendario conforme a dicho convenio. Ahora, "a las puertas de las vacaciones, la empresa vulnera lo acordado y obliga a la plantilla a aceptar sus nuevas condiciones, presentando como única alternativa la rescisión de su contrato”, lamenta Garnelo.
Según los cálculos de USO, la nueva jornada supondría el incremento en un 50% del número de fines de semana a trabajar, la pérdida de los descansos acumulados y la eliminación de los apartados del acuerdo que están orientados a promover y facilitar la conciliación de la vida laboral y personal, entre otros incumplimientos. Además, apunta que "hay una marginación de un colectivo completo, pues el calendario de nueva implantación solo afectaría al personal de taller. El director y todo el equipo de dirección, por supuesto, se ceñirán a un calendario de lunes a viernes”.
Para Garnelo, esta imposición resulta "abusiva y alevosa. Demuestra el talante con el cual la nueva dirección ha asumido su cargo y su nulo respeto hacia los acuerdos alcanzados. Están priorizando sus propios intereses a la vida familiar de los trabajadores y, además, sus decisiones atentan contra la normativa de adaptación de la jornada de trabajo en favor de la conciliación", concluye.