El incendio de la catedral de Notre Dame se ha sentido en todo el mundo y en León de manera especial dado que ha evocado un recuerdo también de fuego entre los leoneses, el de aquel 29 de mayo de 1966. Fue aquel día cuando la Pulchra Leonina también se vio envuelta en las llamas, un hecho que recogió el NO DO apenas una semana después del incidente. Entonces el agua fue utilizada con tino para no provocar una desgracia aún mayor porque en estos casos no es enemiga del fuego, sino que aliada a él podría generar una catástrofe aún mayor. Lo que benefició por entonces a la catedral de León y lo procurado también este lunes en la catedral de Notre Dame ha sido verter directamente el agua sobre al piedra. Ambos templos son referente del gótico europeo y ahora algo más les une: las llamas del fuego. Eso sí, la diferencia de medio siglo entre un suceso y otro ha dejado de manifiesto que los medios han sido otros. Mientras en las imágenes del NO DO se pueden ver unos rudimentarios bomberos, en el caso de París han puesto en marcha las últimas tecnologías para sofocar las llamas. Aún así, el fuego ha demostrado su poder devastador. Habrá otros medios pero su virulencia no perdona.