13 personas fallecidas en otros tantos accidentes de tráfico en la provincia de León, es el trágico balance del año 2017, que supone tres muertes más en las carreteras que el año anterior. Aun así, y aunque lo deseable y por lo que hay que seguir trabajando y concienciando es por que no hubiera ni una sola vida que se quedara en el camino, lo cierto es que el número de fallecidos en el asfalto es menos de la mitad que dos años antes, en 2015, cuando se registraron 29 víctimas mortales.
Según la información facilitada desde la Subdelegación del Gobierno en León, en el 70% de los accidentes aparecen entre las causas la conducción distraída o desatenta, la velocidad inadecuada o ambas. Esto supone que, con atención y el respecto a las normas quizá muchas vidas podrían haberse salvado.
Por meses, el más negro en cuanto a siniestralidad mortal en las carreteras de la provincia fue el mes de abril, en el que se registraron cuatro accidentes mortales con cuatro fallecidos.
Además, mientras que en 2016 la ilusión de no sumar muertes por accidentes de tráfico se mantuvo hasta el mes de abril, el 2017 apenas dio unos días de tregua y el primer siniestro con fallecidos se registró la madrugada del día 9 de enero en Mansilla Mayor.
Por tipo de vías, la red secundaria de carreteras se lleva la peor parte con ocho de los trece siniestros mortales, seis en carreteras provinciales y dos en vías de la comunidad autónoma. El resto tuvieron lugar en carreteras de la red estatal, tres en nacionales y dos en autovías.
Atendiendo a las edades de las personas fallecidas en las carreteras leonesas, se desprende una media de edad de 50 años.
Para el Real Automóvil Club de España (Race), el incremento del número de fallecidos en la red nacional de carreteras guarda relación directa con los recortes en las inversiones en carreteras, el incremento de la antigüedad del parque automovilístico y la falta de formación de los conductores en su ámbito personal y laboral.
Según la información facilitada desde la Subdelegación del Gobierno en León, en el 70% de los accidentes aparecen entre las causas la conducción distraída o desatenta, la velocidad inadecuada o ambas. Esto supone que, con atención y el respecto a las normas quizá muchas vidas podrían haberse salvado.
Por meses, el más negro en cuanto a siniestralidad mortal en las carreteras de la provincia fue el mes de abril, en el que se registraron cuatro accidentes mortales con cuatro fallecidos.
Además, mientras que en 2016 la ilusión de no sumar muertes por accidentes de tráfico se mantuvo hasta el mes de abril, el 2017 apenas dio unos días de tregua y el primer siniestro con fallecidos se registró la madrugada del día 9 de enero en Mansilla Mayor.
Por tipo de vías, la red secundaria de carreteras se lleva la peor parte con ocho de los trece siniestros mortales, seis en carreteras provinciales y dos en vías de la comunidad autónoma. El resto tuvieron lugar en carreteras de la red estatal, tres en nacionales y dos en autovías.
Atendiendo a las edades de las personas fallecidas en las carreteras leonesas, se desprende una media de edad de 50 años.
Para el Real Automóvil Club de España (Race), el incremento del número de fallecidos en la red nacional de carreteras guarda relación directa con los recortes en las inversiones en carreteras, el incremento de la antigüedad del parque automovilístico y la falta de formación de los conductores en su ámbito personal y laboral.