La localidad de Villablino acogió este sábado, tal y como es tradición cada 12 de octubre, su popular Feriona. La que antaño era una feria eminentemente ganadera, ha sabido mantener esta huella, y así pudo notarse en el recinto Ferial las Rozas. Éste fue uno de los puntos de visita obligado durante toda la jornada. En el exterior, maquinaria agrícola, en el interior, una muestra de ganado vacuno con excelentes ejemplares, perros mastín y la VIII exposición de gallinas de raza, que un año más volvió a centrar la mirada de vecinos y visitantes con la variedad de razas gallináceas expuestas en el lugar, e incluso patos.
De manera paralela, las calles de la localidad se convirtieron en un amplio mercado para acoger más de cuatrocientos puestos de exposición y venta al público con todo tipo de productos. En su mayoría, el mercado ofrecía ropa, calzado, bolsos, bisutería, perfumes o complementos, pero también antigüedades, productos de panadería, quesos y embutidos, licores, juguetes o churrerías. Más propios de esta época son otros productos tradicionalmente ligados tanto al otoño como a la Feriona que también estuvieron presentes en el mercado, como aquellos relacionados con la elaboración de la matanza como ajos, cebollas, o pimientos, además del bacalao salado, o los frutos secos como avellanas y nueves. Una amplia variedad de productos, colores, aromas y sabores que vistieron de fiesta Villablino con un constante goteo de gente, tanto de la comarca como de otros puntos de la provincia leonesa o de la vecina Asturias.
Por otro lado, y hablando de tradiciones, la Feriona de Villablino se caracteriza por un sabor propio, el del pulpo ‘a feira’. Un plato que durante toda la jornada pudo degustarse tanto en el amplio mercado, de la mano de las pulperías visitantes, como en los bares y restaurantes de la zona. Un sabor típico de este día que estuvo muy presente.
De manera paralela, las calles de la localidad se convirtieron en un amplio mercado para acoger más de cuatrocientos puestos de exposición y venta al público con todo tipo de productos. En su mayoría, el mercado ofrecía ropa, calzado, bolsos, bisutería, perfumes o complementos, pero también antigüedades, productos de panadería, quesos y embutidos, licores, juguetes o churrerías. Más propios de esta época son otros productos tradicionalmente ligados tanto al otoño como a la Feriona que también estuvieron presentes en el mercado, como aquellos relacionados con la elaboración de la matanza como ajos, cebollas, o pimientos, además del bacalao salado, o los frutos secos como avellanas y nueves. Una amplia variedad de productos, colores, aromas y sabores que vistieron de fiesta Villablino con un constante goteo de gente, tanto de la comarca como de otros puntos de la provincia leonesa o de la vecina Asturias.
Por otro lado, y hablando de tradiciones, la Feriona de Villablino se caracteriza por un sabor propio, el del pulpo ‘a feira’. Un plato que durante toda la jornada pudo degustarse tanto en el amplio mercado, de la mano de las pulperías visitantes, como en los bares y restaurantes de la zona. Un sabor típico de este día que estuvo muy presente.