La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), Isabel García Tejerina, visitó el pasado martes los futuros regadíos de Payuelos y los del Páramo, dos de las obras que mayor impacto tendrán en la producción de la provincia en una fuerte apuesta del Gobierno por aumentar la productividad. Apuesta que, como la propia ministra ha reconocido, se ha hecho esperar.
– ¿Hay fechas para disponer de las 40.000 hectáreas en Payuelos?
– Lo intentaremos realizar a la mayor brevedad posible, pero primero, antes de hablar de fechas, hay que explicar quela inversión es de 327 millones de euros, 235 con cargo al Ministerio y el resto (92 millones) a los fondos de la Junta. Son fondos para los 15 sectores que quedan pendientes y que suman 29.000 hectáreas. Y hay que recordar que inicialmente, en la Comisión Técnica Mixta, los regantes estaban dispuestos a participar en la financiación, pero por cuestiones jurídicas no ha sido posible y nosotros como Gobierno habíamos adquirido el compromiso –sabíamos cuanto tiempo llevaban esperando esta transformación–, por lo que decidimos asumir el coste íntegro de la obra.
– Pero lleva mucho retraso.
– Hay que recordar que cuando nosotros llegamos al Gobierno existía una deuda de 175 millones de euros de un plan de choque del gobierno anterior, que lo que hizo fue hacer obras, pero no pagarlas. Había más de 60 millones de euros en intereses. Hemos tenido que hacer frente a esa deuda, que nos ha impedido hacer nuevas inversiones y en cuanto hemos podido, hemos priorizado esta [Payuelos], que es la gran actuación. Lo primero que se va a hacer son los sectores VI y XIV, que son 6.500 hectáreas, con un presupuesto de 18 millones en cuatro años, pero a partir del año que viene, ya empezaremos a afrontar los sectores XIX y XXI. Sin olvidar que para poder llegar a las parcelas antes ha habido que invertir mucho en los distintos canales y balsas de regulación.
Cuando llegamos había una deuda de 175 millones del Gobierno anterior, que hizo obras, pero no pagó – Dejando a un lado los grandes regadíos, pero en materia de agua, el Plan Hidrológico Nacional es uno de los proyectos más necesarios para el campo y las OPA denuncian que haría falta más financiación ¿Qué tiene que decir?
– Primero, cuando llegamos nos encontramos con que teniendo obligación España de tener planes hidrológicos de cuenca con horizonte 2009 no había nada aprobado, cuando en el año 2015 los planes del 2009 tenían que estar revisados y nuevamente aprobados. Segundo, es necesario tener planes de cuenca para poder determinar las necesidades de abastecimiento, tanto de los usuarios, como del propio río, y luego incluir las inversiones. El año pasado hemos cerrado el primer ciclo y está bastante avanzado el segundo ciclo. Se ha cerrado recientemente el periodo de información pública y nuestro deseo es que en septiembre pase por la Comisión Nacional del Agua y por toda la tramitación para que, una vez cerrado este año, en el segundo ciclo de planificación con el nuevo plan de cuenca queden reflejadas las inversiones del nuevo horizonte (2021). Veremos lo que se aprueba, pero todo lo que el Gobierno ha invertido en esta legislatura en agua en Castilla y León es una cifra importante con más de 776 millones euros, 562 millones en obras hidráulicas, de saneamiento y depuración, y otros 214 en regadío, tanto modernización como nuevos regadíos. Una cantidad significativa teniendo en cuanta lo que las OPA estaban hablando.
– ¿Y se incluyen el Bernesga y el Torío en esa planificación?
– Sí. El Ayuntamiento nos ha presentado un plan de limpieza y, aunque en los Planes de Riberas hubo una financiación (casi 10 millones) en actuaciones en estos dos ríos, ahora mismo la CHD está trabajando con el Ayuntamiento en la redacción de un proyecto de limpieza y mejora de los cauces que va a buen ritmo y que acordaremos conjuntamente lo antes posible.
– ¿Hay alguna idea inicial?
– Es un proyecto de limpieza de los márgenes, que es en lo que nosotros podemos actuar. Una vez que esté el proyecto redactado veremos la financiación.
Espero que los jóvenes vengan con una fuerza que sea suya y no la tengan que pedir a la Administración – Dejando a un lado el agua, uno de los retos de su Ministerio es la incorporación de 15.000 jóvenes al campo ¿Cómo se está trabajando para conseguirlo?
– Como Ministerio trabajamos para que la actividad agraria sea atractiva para los jóvenes y que encuentren una profesión que les dé un futuro digno con la rentabilidad esperada. Para eso ha trabajado el Gobierno todo este tiempo a través de la reforma de la PAC, que les da garantías de renta, y a través de muchas medidas para mejorar la organización del sector, al que espero que los jóvenes vengan con muchas ganas de trabajar, integrados, vertebrados, y con una fuerza que sea suya y no la tenga que pedir a las Administraciones.
– ¿Y de dónde pueden sacar esa fuerza en los primeros momentos?
– Entendemos que necesitan un empuje inicial que les facilite la incorporación y para eso hay una batería de medidas. Desde este año tendrán más ayudas dentro de la PAC porque el sector es solidario y un 2% del total de las ayudas se va a destinar a incrementar un 25% más la ayuda de los jóvenes. También tendrán prioridad a la hora de adquirir derechos de la PAC de la reserva nacional y se asignarán de forma gratuita. Además, la ayuda a la primera instalación a través de los programas de desarrollo rural de las comunidades, pero que en parte financia el Ministerio, les dota de hasta 70.000 euros. También hay un mecanismo financiero de acceso a crédito en condiciones preferentes y recientemente firmamos con el Banco Europeo de Inversiones, ICO y siete entidades financieras poner 1.000 millones de euros a disposición del sector. Y por último, tienen una desgravación del 25% del IRPF durante los primeros 5 años. Pero lo más importante, insisto, es que la actividad sea un estímulo de vida que les atraiga a permanecer en el campo.
– Pero está pendiente de abonar parte del PDR.
– Están transferidos a la comunidad todos los pagos hasta el 2014, del año 2015 ya han recibido el 74%, en breve recibirán hasta el 90% y en septiembre haremos un reparto que ya acordado en conferencia sectorial para completar el 100%.
Las que no han podido demostrar tener actividad, probablemente, sean las que expliquen el descenso – Con todo eso, ¿cómo explica el descenso en las solicitudes de la PAC?
– Esto es algo importante. Fue una decisión política de este Gobierno centrar las ayudas en las explotaciones que de verdad tienen actividad agraria para dar viabilidad al sector porque son las que generan riqueza, empleo y vida en el medio rural. Para ello, de acuerdo con las comunidades, este Gobierno implementó una batería de medidas. Hemos definido la figura de agricultor activo y hemos exigido a través de la actividad agraria que se pueda comprobar que esa explotación de verdad tiene actividad. Y aquellas que no lo han podido acreditar, aquellas que estaban percibiendo ayudas y que no han demostrado tener actividad, probablemente, sean las que expliquen este descenso.
– ¿Ha sido una ‘limpia’?
– Ha sido un dato positivo porque las ayudas se tienen que generar en las explotaciones que generan riqueza, que es el objetivo del Gobierno. Además, hay que sumar también la bajada del año pasado.
– Tampoco se han cumplido los objetivos de siembra en la remolacha y La Azucarera de La Bañeza se ha quedado lejos del objetivo de las 10.000 hectáreas ¿Qué valoración hace de este dato?
– En el sector de la remolacha, una de las cosas positivas, que fueron muchas, que se consiguieron en la negociación de la PAC fue la ampliación de dos años más del sistema de cuotas, hasta el 2017. Es decir, dos años para seguir mejorando la competitividad. También se han incrementado las ayudas gracias a la solidaridad del sobre conjunto con los jóvenes y con los sectores más vulnerables como este, donde ha habido un incremento del 75% de las ayudas asociadas. Había 9,6 millones para pagos asociados y este año ha aumentado hasta los casi 17 millones de euros. Parte de la rentabilidad vendrá a través de una inyección de la PAC, que se suma a la ayuda agroambiental de Castilla y León. A partir de ahí, las decisiones de cultivar o no ya forman parte de la relación entre los agricultores y la industria. Pero igual que hemos hecho este esfuerzo a nivel nacional, a nivel europeo hay un grupo de trabajo donde tratamos de evaluar la situación con vistas a 2017, cuando desaparezca el sistema de cuotas. Y antes de que eso llegue, yo quiero destacar que el sector está muy profesionalizado, con los máximos rendimientos a nivel europeo y, aunque es verdad que con mayores costes, al final el agricultor lo que busca siempre es maximizar la rentabilidad.
– ¿Hay fechas para disponer de las 40.000 hectáreas en Payuelos?
– Lo intentaremos realizar a la mayor brevedad posible, pero primero, antes de hablar de fechas, hay que explicar quela inversión es de 327 millones de euros, 235 con cargo al Ministerio y el resto (92 millones) a los fondos de la Junta. Son fondos para los 15 sectores que quedan pendientes y que suman 29.000 hectáreas. Y hay que recordar que inicialmente, en la Comisión Técnica Mixta, los regantes estaban dispuestos a participar en la financiación, pero por cuestiones jurídicas no ha sido posible y nosotros como Gobierno habíamos adquirido el compromiso –sabíamos cuanto tiempo llevaban esperando esta transformación–, por lo que decidimos asumir el coste íntegro de la obra.
– Pero lleva mucho retraso.
– Hay que recordar que cuando nosotros llegamos al Gobierno existía una deuda de 175 millones de euros de un plan de choque del gobierno anterior, que lo que hizo fue hacer obras, pero no pagarlas. Había más de 60 millones de euros en intereses. Hemos tenido que hacer frente a esa deuda, que nos ha impedido hacer nuevas inversiones y en cuanto hemos podido, hemos priorizado esta [Payuelos], que es la gran actuación. Lo primero que se va a hacer son los sectores VI y XIV, que son 6.500 hectáreas, con un presupuesto de 18 millones en cuatro años, pero a partir del año que viene, ya empezaremos a afrontar los sectores XIX y XXI. Sin olvidar que para poder llegar a las parcelas antes ha habido que invertir mucho en los distintos canales y balsas de regulación.
Cuando llegamos había una deuda de 175 millones del Gobierno anterior, que hizo obras, pero no pagó – Dejando a un lado los grandes regadíos, pero en materia de agua, el Plan Hidrológico Nacional es uno de los proyectos más necesarios para el campo y las OPA denuncian que haría falta más financiación ¿Qué tiene que decir?
– Primero, cuando llegamos nos encontramos con que teniendo obligación España de tener planes hidrológicos de cuenca con horizonte 2009 no había nada aprobado, cuando en el año 2015 los planes del 2009 tenían que estar revisados y nuevamente aprobados. Segundo, es necesario tener planes de cuenca para poder determinar las necesidades de abastecimiento, tanto de los usuarios, como del propio río, y luego incluir las inversiones. El año pasado hemos cerrado el primer ciclo y está bastante avanzado el segundo ciclo. Se ha cerrado recientemente el periodo de información pública y nuestro deseo es que en septiembre pase por la Comisión Nacional del Agua y por toda la tramitación para que, una vez cerrado este año, en el segundo ciclo de planificación con el nuevo plan de cuenca queden reflejadas las inversiones del nuevo horizonte (2021). Veremos lo que se aprueba, pero todo lo que el Gobierno ha invertido en esta legislatura en agua en Castilla y León es una cifra importante con más de 776 millones euros, 562 millones en obras hidráulicas, de saneamiento y depuración, y otros 214 en regadío, tanto modernización como nuevos regadíos. Una cantidad significativa teniendo en cuanta lo que las OPA estaban hablando.
– ¿Y se incluyen el Bernesga y el Torío en esa planificación?
– Sí. El Ayuntamiento nos ha presentado un plan de limpieza y, aunque en los Planes de Riberas hubo una financiación (casi 10 millones) en actuaciones en estos dos ríos, ahora mismo la CHD está trabajando con el Ayuntamiento en la redacción de un proyecto de limpieza y mejora de los cauces que va a buen ritmo y que acordaremos conjuntamente lo antes posible.
– ¿Hay alguna idea inicial?
– Es un proyecto de limpieza de los márgenes, que es en lo que nosotros podemos actuar. Una vez que esté el proyecto redactado veremos la financiación.
Espero que los jóvenes vengan con una fuerza que sea suya y no la tengan que pedir a la Administración – Dejando a un lado el agua, uno de los retos de su Ministerio es la incorporación de 15.000 jóvenes al campo ¿Cómo se está trabajando para conseguirlo?
– Como Ministerio trabajamos para que la actividad agraria sea atractiva para los jóvenes y que encuentren una profesión que les dé un futuro digno con la rentabilidad esperada. Para eso ha trabajado el Gobierno todo este tiempo a través de la reforma de la PAC, que les da garantías de renta, y a través de muchas medidas para mejorar la organización del sector, al que espero que los jóvenes vengan con muchas ganas de trabajar, integrados, vertebrados, y con una fuerza que sea suya y no la tenga que pedir a las Administraciones.
– ¿Y de dónde pueden sacar esa fuerza en los primeros momentos?
– Entendemos que necesitan un empuje inicial que les facilite la incorporación y para eso hay una batería de medidas. Desde este año tendrán más ayudas dentro de la PAC porque el sector es solidario y un 2% del total de las ayudas se va a destinar a incrementar un 25% más la ayuda de los jóvenes. También tendrán prioridad a la hora de adquirir derechos de la PAC de la reserva nacional y se asignarán de forma gratuita. Además, la ayuda a la primera instalación a través de los programas de desarrollo rural de las comunidades, pero que en parte financia el Ministerio, les dota de hasta 70.000 euros. También hay un mecanismo financiero de acceso a crédito en condiciones preferentes y recientemente firmamos con el Banco Europeo de Inversiones, ICO y siete entidades financieras poner 1.000 millones de euros a disposición del sector. Y por último, tienen una desgravación del 25% del IRPF durante los primeros 5 años. Pero lo más importante, insisto, es que la actividad sea un estímulo de vida que les atraiga a permanecer en el campo.
– Pero está pendiente de abonar parte del PDR.
– Están transferidos a la comunidad todos los pagos hasta el 2014, del año 2015 ya han recibido el 74%, en breve recibirán hasta el 90% y en septiembre haremos un reparto que ya acordado en conferencia sectorial para completar el 100%.
Las que no han podido demostrar tener actividad, probablemente, sean las que expliquen el descenso – Con todo eso, ¿cómo explica el descenso en las solicitudes de la PAC?
– Esto es algo importante. Fue una decisión política de este Gobierno centrar las ayudas en las explotaciones que de verdad tienen actividad agraria para dar viabilidad al sector porque son las que generan riqueza, empleo y vida en el medio rural. Para ello, de acuerdo con las comunidades, este Gobierno implementó una batería de medidas. Hemos definido la figura de agricultor activo y hemos exigido a través de la actividad agraria que se pueda comprobar que esa explotación de verdad tiene actividad. Y aquellas que no lo han podido acreditar, aquellas que estaban percibiendo ayudas y que no han demostrado tener actividad, probablemente, sean las que expliquen este descenso.
– ¿Ha sido una ‘limpia’?
– Ha sido un dato positivo porque las ayudas se tienen que generar en las explotaciones que generan riqueza, que es el objetivo del Gobierno. Además, hay que sumar también la bajada del año pasado.
– Tampoco se han cumplido los objetivos de siembra en la remolacha y La Azucarera de La Bañeza se ha quedado lejos del objetivo de las 10.000 hectáreas ¿Qué valoración hace de este dato?
– En el sector de la remolacha, una de las cosas positivas, que fueron muchas, que se consiguieron en la negociación de la PAC fue la ampliación de dos años más del sistema de cuotas, hasta el 2017. Es decir, dos años para seguir mejorando la competitividad. También se han incrementado las ayudas gracias a la solidaridad del sobre conjunto con los jóvenes y con los sectores más vulnerables como este, donde ha habido un incremento del 75% de las ayudas asociadas. Había 9,6 millones para pagos asociados y este año ha aumentado hasta los casi 17 millones de euros. Parte de la rentabilidad vendrá a través de una inyección de la PAC, que se suma a la ayuda agroambiental de Castilla y León. A partir de ahí, las decisiones de cultivar o no ya forman parte de la relación entre los agricultores y la industria. Pero igual que hemos hecho este esfuerzo a nivel nacional, a nivel europeo hay un grupo de trabajo donde tratamos de evaluar la situación con vistas a 2017, cuando desaparezca el sistema de cuotas. Y antes de que eso llegue, yo quiero destacar que el sector está muy profesionalizado, con los máximos rendimientos a nivel europeo y, aunque es verdad que con mayores costes, al final el agricultor lo que busca siempre es maximizar la rentabilidad.