En un partido tan preocupado por los y las militantes, alguien debería preocuparse también por expresiones como «los barones» o «el aparato», que, por cierto, en el caso de las recientes primarias deLeón se ha demostrado que padece una cierta disfunción. En el partido del no, en el partido que ha tomado como propio el estilo de José Mourinho (primero elijo a los que no quiero poner y luego ya completo con los que queden), el partido en el que presionar a un militante para que vote lo que a ti te interesa tiene el efecto contrario porque cada vez hay menos apesebrados, en el partido que tiende a dividirse hasta el infinito se encuentran ahora ante la oportunidad de responder a lo que el votante espera de ellos: tan sencillo como no transmitir la sensación de que gastan todas las energías en pelearse entre ellos, que las venganzas no han dejado atrás los valores; tan sencillo como no liarse a garrotazos para tapar los innumerables escándalos de su fortalecidos adversarios, ese otro partido al que únicamente saber coserse las heridas en privado le ha servido para campar a sus anchas por las instituciones a pesar de sus múltiples pecados. El nuevo secretario provincial es joven, condición que su antecesor ha demostrado que no sirve para nada, y no le mueven las venganzas. Ha tenido el apoyo de algunas viejas glorias, que le han brindado su ayuda durante esta campaña para provocar la disfunción del aparato. Una vez conseguido el objetivo, poco más pueden aportar. De la distancia que ahora Javier Cendón marque con ellos depende que pueda alcanzar el complicado reto de que los verdaderos socialistas encuentren el lugar que merecen en el Partido Socialista.