La Plaza Mayor es quizás donde más se ha dejado sentir la fase 1 del estado de alarma por el coronavirus. El primer domingo con los alivios de las reuniones de 10 personas o de la visita a las segundas residencias no distó mucho de otros domingos de estas mismas fechas. "Si acaso que hubiera jugado la Cultural", decían en las terrazas de Pendón de Baeza. Precisamente, la distribución de las terrazas ha sido la última alteración del paisaje de la urbe para adaptarse a la nueva normalidad. El ‘velódromo de Santo Domingo’ no causó tanto efecto este fin de semana como lo hicieron las marcas amarillas que salpican aceras, plazas de aparcamiento, umbrales de locales o cartelitos de bienvenida. Un ojo en el suelo para localizar la posición seguridad, y el otro en el cielo, pendiente de la tormenta que invalidara por completo la pegatina.
A tenor de los datos, los leoneses cumplen y en la fase 1 se siguen notando los compases de las franjas horarias, aunque ya aparezcan bastantes más vehículos en el plano. La Policía Local insiste en pedir prudencia, pero el bochorno de las noches ha incitado a la contrario, como se pudo comprobar en el Barrio Húmedo, en algunas calles del centro y también en los barrios, donde los‘Caminos de la Felicidad’ —en la Lastra, La Granja, La Candamia, el Parque de Quevedo— no dejan de crecer. No faltan paseantes que opinan que "el Ayuntamiento podría conservarlos de alguna manera cuando esto pase".
También tañeron las campanas que ya encuentran respuestas en los feligreses y se escuchó el repiqueteo de algunas cacerolas a la hora habitual, en las ventanas y balcones habituales y con el habitual ritmo. "Estamos habituados", exclamaba una pareja mayor en la calle Covadonga. Unos metros al oeste, las marcas de los puestos del rastro siguen mudas en Papalaguinda, que muchos extrañarán como pista de patinaje, de ciclismo y de atletismo, todo en uno. Volverán a avisar hoy las líneas azules de la ORA y la Administración seguirá desescalando sus plantillas. "Moviemiento, que es lo que hace falta", como reclamaba otra pareja tras escanear un escaparate en Burgo Nuevo. Para el próximo, la fase 2, ya va una semana de tomar impulso.
A tenor de los datos, los leoneses cumplen y en la fase 1 se siguen notando los compases de las franjas horarias, aunque ya aparezcan bastantes más vehículos en el plano. La Policía Local insiste en pedir prudencia, pero el bochorno de las noches ha incitado a la contrario, como se pudo comprobar en el Barrio Húmedo, en algunas calles del centro y también en los barrios, donde los‘Caminos de la Felicidad’ —en la Lastra, La Granja, La Candamia, el Parque de Quevedo— no dejan de crecer. No faltan paseantes que opinan que "el Ayuntamiento podría conservarlos de alguna manera cuando esto pase".
También tañeron las campanas que ya encuentran respuestas en los feligreses y se escuchó el repiqueteo de algunas cacerolas a la hora habitual, en las ventanas y balcones habituales y con el habitual ritmo. "Estamos habituados", exclamaba una pareja mayor en la calle Covadonga. Unos metros al oeste, las marcas de los puestos del rastro siguen mudas en Papalaguinda, que muchos extrañarán como pista de patinaje, de ciclismo y de atletismo, todo en uno. Volverán a avisar hoy las líneas azules de la ORA y la Administración seguirá desescalando sus plantillas. "Moviemiento, que es lo que hace falta", como reclamaba otra pareja tras escanear un escaparate en Burgo Nuevo. Para el próximo, la fase 2, ya va una semana de tomar impulso.