Que el verano no ha sido bueno para los agricultores por causa de la sequía, no es ninguna novedad. Los que esperaban que al menos llegase el otoño con precipitaciones con las que poder salvar la campaña, no están de enhorabuena porque todo apunta a que al menos hasta noviembre no llegarán las ansiadas lluvias. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hacía este miércoles un resumen climático del verano, el balance hídrico y las previsiones estacionales para el otoño y así lo prevén.
Los responsables de Aemet aprovecharon ayer para hacer una estimación de lo que podría deparar el otoño a Castilla y León. La estación comenzará oficialmente el viernes, 22 de septiembre, a las 22 horas, y tendrá una duración de 89 días para acabar el 21 de diciembre. Durante el primer mes del otoño, octubre, se prevén unas temperaturas superiores a la media y unas precipitaciones que irán apareciendo con mayor importancia que en verano, pero no con una cierta regularidad.
En noviembre, se espera un aumento de las precipitaciones con respecto a la media y las temperaturas se mantendrán con cierta normalidad. El mes de diciembre continuará por la línea anual, con un aumento de las temperaturas. Se estima que en torno a un grado por encima de la media, además de la aparición de algún tipo de precipitación en forma de nieve.
Califican el verano de «muy cálido y muy seco». Los valores entre junio y agosto, en cuanto a las temperaturas se refiere, fueron «muy superiores a lo normal», incluso llegando en algunas zonas del oeste a valorarse como «extremadamente cálido». De los meses registrados, el más cálido fue junio, que con un aumento de 3.5 grados por encima de la media y que provocó altas temperaturas en la mayor parte de Castilla y León. En cuanto a las precipitaciones, destacaron por su ausencia o por su escasa localización. En algunas ocasiones se registraron de manera intensa, acompañadas incluso de granizo, pero fueron muy puntuales. El reparto desigual de estas precipitaciones a lo largo del territorio autonómico hace que, a pesar de un balance positivo con un aumento de en torno al 20 por ciento, se hable de un verano seco.
Los responsables de Aemet aprovecharon ayer para hacer una estimación de lo que podría deparar el otoño a Castilla y León. La estación comenzará oficialmente el viernes, 22 de septiembre, a las 22 horas, y tendrá una duración de 89 días para acabar el 21 de diciembre. Durante el primer mes del otoño, octubre, se prevén unas temperaturas superiores a la media y unas precipitaciones que irán apareciendo con mayor importancia que en verano, pero no con una cierta regularidad.
En noviembre, se espera un aumento de las precipitaciones con respecto a la media y las temperaturas se mantendrán con cierta normalidad. El mes de diciembre continuará por la línea anual, con un aumento de las temperaturas. Se estima que en torno a un grado por encima de la media, además de la aparición de algún tipo de precipitación en forma de nieve.
Califican el verano de «muy cálido y muy seco». Los valores entre junio y agosto, en cuanto a las temperaturas se refiere, fueron «muy superiores a lo normal», incluso llegando en algunas zonas del oeste a valorarse como «extremadamente cálido». De los meses registrados, el más cálido fue junio, que con un aumento de 3.5 grados por encima de la media y que provocó altas temperaturas en la mayor parte de Castilla y León. En cuanto a las precipitaciones, destacaron por su ausencia o por su escasa localización. En algunas ocasiones se registraron de manera intensa, acompañadas incluso de granizo, pero fueron muy puntuales. El reparto desigual de estas precipitaciones a lo largo del territorio autonómico hace que, a pesar de un balance positivo con un aumento de en torno al 20 por ciento, se hable de un verano seco.