Las okupas de Villademor

13 de Marzo de 2018
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Las cigüeñas tienen querencia a las torres, los campanarios... Parece evidente que las zancudas buscan las mejores vistas y los mejores horizontes, por lo que un día no dudaron en tomar a decenas los pináculos de la mismísima Catedral, poniendo en jaque a todo el Cabildo con los peligros del peso de sus nidos, o los corrosivos componentes de sus excrementos... Nada pudo la belleza de la estampa frente a los males que parece que se avecinaban y debieron inventar unas fundas plásticas para que resbalaran, pero que no pudieron evitar que el pueblo socarrón bautizara como "los condones de la Catedral" (con perdón).

También en Villademor de la Vega se hicieron okupas de su torre, como de tantas otras torres. Dicen que como ya ningún pueblo toca las campanas... la verdad es que bien merecen que tomen los campanarios por el asalto estas okupas en aquellos pueblos que congregan a sus gentes a ruido de megáfono y sustituyen el viejo lenguaje de las campanas por el manido «¡qué alegría cuando me dijeron...!» u otras peores de aquellas que cantaban los boy-scouts con sus guitarras.

Y dice la mi Teresa, vecina del lugar, que las que se acercan a aquel pueblo festivalero y bailongo ya saben que no van a dormir mucho, por lo que tampoco les importaría que las campanas hablaran.

Mucho mejor que expulsarlas con sospechosos inventos.