Imagina, que no es poco

30 de Marzo de 2022
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Lo del reciclaje –que hace cuatro días ni existía pues todo lo que no se comía lo quemaba la cocina– es un pozo sin fondo en el que cabe casi todo y cuyo principal alimento es la imaginación, ese concepto que siempre queremos llevar al poder y si en algún sitio no vive es precisamente en las sombras del poder.

«La imaginación al poder», convéncete, no va a ser una realidad, ni vive allí ni se espera que llegue en los próximos siglos.

Está mucho más cerca ese otro compañero de viaje que es el ingenio de hacer realidad su tópico, que es lo que habitualmente esconden los dichos. La imaginación no acampará en las praderas del poder pero sí podrás comprobar cómo el hambre agudiza el ingenio. Y quien dice hambre igual quiere decir necesidad, y no se refiere solamente a comida. Bien puede sentir la necesidad –y más en estos tiempos presemanasanteros– de algún parapeto que evite que la cera ‘ardiente’ acabe quemando la mano de quien sujeta la vela.

Y ahí irrumpe la imaginación. Ahí se convierte en barrera lo que solo era el envoltorio de una magdalena. Nada como la segunda vida de las cosas, qué menos se puede decir en un periódico, una empresa para la que fue fundamental la segunda vida de aquellos periódicos que acababan siendo la primera llama de las chimeneas y las cocinas, que acababan siendo el envoltorio de los bocadillos de los obreros de tantos trabajos, que acababan siendo el mejor protector contra el viento en bicicletas y motos al meterlos debajo de la ropa con evidente eficacia.

El denominador común era la imaginación para arrancar una segunda vida. Pero no comparar con esa moda de hacer cancillos con los somieres viejos.