La verdad –y dios, el señor obispo, Xuasús, los Cayones y mi amigo Ovidio, que es canónigo, me perdonen– es que ya me carga un poco lo de la Semana Santa y eso que dicen que falta lo más intenso, imagino que sin contar con Genarín, que solo con poner su nombre ya se que hay unos cuantos que cierran el periódico y marchan indignados con la procesión de los borrachos. Y lo malo es que sólo soy un daño colateral, lo que realmente les duele es que un año más van a venir todas las televisiones a ver qué se cuece en la Semana Santa de León, su recogimiento y majestuosidad, y al final vuelven a sacar las imágenes de San Jenaro Blanco, como el orujo bueno, el blanco; que ya decía Juanita la de Pontedo que «las bebidas ‘marraneadas’ producen melancolía»; aunque si le hacemos caso a Pedro Abajo cuando encuadra la limonada en el género ‘marraneada’ más que melancolía acarrea el final de los tiempos y el principio de las siete plagas de La Bañeza (no sé si tiene relación pero al día siguiente fueron a la ciudad Mañueco, Santonja y otros cinco altos cargos; total, siete, pero esto ya lo malicio yo, que el mí Pedro no es de maliciar).
Vuelvo al carril –que en los pueblos le llaman ‘suco’–y venía a decir que también existirá el derecho a decir que «aparta de mí este cáliz (la Semana Santa)», aunque tampoco es para ponerse atorrante y hay que dejar abierta la puerta del debate, para ser fiel a la filosofía de la frase que cuando Jesús la pronunció en el huerto de Getsemaní no fue tajante y dijo: «Padre, si es posible, aparta de mi este cáliz».
Pues eso, si es posible. Que más o menos es lo que debe estar diciendo la imagen, apartando este cáliz, que aleja. Si es posible, que me da que no lo es.
Vuelvo al carril –que en los pueblos le llaman ‘suco’–y venía a decir que también existirá el derecho a decir que «aparta de mí este cáliz (la Semana Santa)», aunque tampoco es para ponerse atorrante y hay que dejar abierta la puerta del debate, para ser fiel a la filosofía de la frase que cuando Jesús la pronunció en el huerto de Getsemaní no fue tajante y dijo: «Padre, si es posible, aparta de mi este cáliz».
Pues eso, si es posible. Que más o menos es lo que debe estar diciendo la imagen, apartando este cáliz, que aleja. Si es posible, que me da que no lo es.