Y Vicente levantó la aijada contra cien guardias civiles

Se cumplen 30 años de la fotografía de Mauricio Peña que se convirtió en el símbolo de Riaño

Fulgencio Fernández
29/10/2016
 Actualizado a 17/09/2019
Vicente Alonso ve a la guardia civil cargando contra un grupo de jóvenes riañeses y se va a ellos, su hermana Paz trata de detenerlo. | MAURICIO PEÑA
Vicente Alonso ve a la guardia civil cargando contra un grupo de jóvenes riañeses y se va a ellos, su hermana Paz trata de detenerlo. | MAURICIO PEÑA
Amaneció una mañana preciosa para ser octubre, casi noviembre, con un sol de otra época. Lo celebraban en muchos pueblos, mucha gente aprovechando los últimos soles del año, pero no en Riaño...

No en Riaño. En el ambiente flotaba la incertidumbre, después de muchos años de olvido de aquel viejo pantano que ideó Franco un gobierno socialista lo retomaba. Llegaron las máquinas, se repetían los anuncios de la inminencia de los derribos...

El soplo, el macutazo o como le quiera llamar llegó a la redacción de La Crónica de León, un periódico con seis meses de vida, y Mauricio Peña cogió la cámara y puso rumbo a Riaño.

Y aquella mañana de sol en Riaño se llenó de guardias civiles. Los vecinos protestaban, hacían pequeñas barricadas humanas, crecía la tensión, los guardias abrían paso a las máquinas, había corrillos... Y un hombre tranquilo, Vicente Alonso, no entendía nada, ¿a qué tantos guardias?... Y levantó la aijada para irse a ellos. Su hermana Paz, atenta a lo que ocurría, se interpuso...  

- Nada más que levantó la vara vi la fotografía, disparé, supe que era una foto con fuerza pero eran otros tiempos, no la veías hasta que no revelaras todas...; recuerda Mauricio Peña.

El día fue largo. Los enfrentamientos se sucedieron, muchas imágenes tenían «fuerza», muchos guardias trataban de parar a una mujer...

Y, curiosamente, "la foto" no salió en la primera página del día siguiente, hoy hace exactamente treinta años. "Llegué tarde, tenía muchos carretes que revelar, en el periódico habían preparado una composición para la primera página en la que sobre el fondo de la pared de la presa iba calada una imagen del día. Les gustó la foto que salió, una vecina desesperada frente a la guardia civil, daba la sensación de que la riañesa se salía del pantano".  

Y Vicente y Paz se fueron a la última página, que también es un buen escaparate, y Mauri empezaba a denotar querencia a ella.

Y de aquella última página saltó a muchas otras páginas, de muchos otros periódicos —"El País, del que era corresponsal, creo que la sacó al día siguiente en primera", recuerda Mauri—, de medio mundo pues se convirtió en la imagen de aquel conflicto, de la batalla de un hombre con una vara contra decenas de guardias civiles. "No puedo recordar en los periódicos que pudo aparecer, pero no ha cesado. Con la llegada de Internet, terrible para los fotógrafos, pierdes todo el control que pudieras haber tenido sobre ella y le he encontrado en mil sitios —periódicos, revistas, páginas web, blogs...—y en unos la firman, en otros no y hasta se la firman a no sé quién".

Pero ha sido "su foto", la foto, sin lugar a dudas. Mucha gente recuerda muchas fotos de Mauricio Peña pero nunca falta la mención a "la de Riaño". Es más, para muchos el conflicto de Riaño es esa foto. Ángela Bernardo escribía:"Sentimientos como los que se transmiten en la fotografía anterior. Vicente, cayado en mano, trataba de impedir el paso a la Guardia Civil que llegaba al pueblo a desalojarle. Las armas de este anciano de ochenta años eran sencillas: unas madreñas en los pies y un bastón de madera para evitar el desahucio. La imagen, tomada por Mauricio Peña (La Crónica), se convirtió en un símbolo de la lucha de un valle por sobrevivir".

Julio Llamazares publicó en El País  ‘Regreso a Riaño’: "La imagen dio la vuelta al mundo. La figura de un hombre con madreñas enfrentándose él solo con un palo a un grupo de guardias civiles, mientras una mujer le intenta sujetar agarrándole del brazo y un perro mira asustado la escena, se convirtió en la imagen de unos sucesos, los que acompañaron a la demolición del pueblo de Riaño, que conmovieron a toda Europa hace ahora 20 años. De hecho, muchas televisiones europeas emitieron esas imágenes en sus informativos, al revés que la española, que las censuró y guardó, se supone que por orden del Gobierno".

¿Y Vicente y Paz Alonso? Pues, como decía él, "esta foto nos persiguió toda la vida». Aquellos días fueron muy duros para ellos, bajaron a vivir a Villasinta y sólo querían olvidar, pasar página. Pasé a verlos en un aniversario del pantano (tal vez en 2006)y se excusaron:«Aquello ya pasó y queremos vivir tranquilos, me criticaron mucho por aquello".

Muchas veces le han preguntado a Mauricio Peña si no ganó ningún premio con esta fotografía, ignoran que jamás se ha presentado a un premio porque, explica siempre, "cuando en el Jurado sólo haya fotógrafos me lo pensaré".

Han pasado 30 años pues, aunque ha quedado instalado en la memoria que "la batalla de Riaño" fue en julio de 1987, "en aquellos días de octubre hubo mucha tensión", recuerda Mauri y delatan los periódicos de la época en los que Alberto Pérez Ruiz, presidente de la Diputación, afirmaba que "Riaño ya no hay quien lo pare"; el presidente de Acopris (el cura Jesús Calvo, famoso por su ideología ultraderechista), manifestaba su apoyo al Gobierno socialista y los riañeses hacían actos de sabotaje sobre las máquinas que iban a derribar sus casas.

Era, como decía el titular del periódico, "el comienzo de la cuenta atrás" o "el principio del fin de Riaño", como le llamaron muchos.

Una mañana soleada de hace 30 años.
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