Una tarde fría de domingo

Y volvió el frío. Y volvió la lluvia. Y volvió la Cultural a ganar.

Porque lejos de la mística que rodea un derbi y de un par de accidentes, la mejor definición de la Cultural es una tarde fría de domingo en el Reino de León. Es ahí donde el equipo se ha hecho y debe seguir haciéndose fuerte para sentar las bases del sueño. Ayer se demostró una vez más, el rival era el Izarra, pero el nombre poco importa. Podría ser el aguerrido equipo navarro (poco rendimiento más se puede sacar a tan modestas armas), pero también podría llamarse Boiro, Coruxo oLealtad.

Aún queda mucho frío que pasar, muchos carajillos que tomar y algún que otro rato para sufrir. Los incondicionales (cada vez más) no fallaron, apoyaron como no se recordaba cuando pintaban bastos y solo por ellos bien merecía la pena un esfuerzo.

Tres puntos que refuerzan a un equipo que se reencontró con el buen juego en la última parte del partido ante la Ponferradina y al que solo le faltó el gol. Un guión que parecíarepetirse de nuevo en la primera parte del partido de ayer pero que finalmente resultó no hacerlo. Porque, cuestión de mística o no, Toni volvió a aparecer sobre el césped.

Su lesión mermó buena parte de las opciones de la Cultural de llevarse el derbi y amenzaba con hacerlo durante alguna semana más. A buen seguro el murciano no estaba ni mucho menos en su mejor forma, pero cuando la cosa se complicó De la Barrera miró a la banda y en cinco minutos todo cambió.

Pero la victoria se cimentó mucho antes gracias a un equipo que es precisamente eso, un equipo. Porque cuando tu número 10 acaba jugando de central,aquel que llegó como defensa se exhibe en el centro del campo o el único leonés de la plantilla da buena muestra de garra parece imposible pensar en la parte antes del todo.

Diez días quedan para ese deseado 1 de febrero. Habrá movimientos, pero los cimientos se mantendrán y esa es la mayor tranquilidad que puede tener el aficionado culturalista.