Una oportunidad de cambio

El inicio de las obras del soterramiento del tren de alta velocidad marca un antes y un después tanto en lo que se refiere a obra pública en la ciudad como en el desarrollo de infraestructuras que traigan la modernidad a determinadas zonas de la capital leonesa

26/10/2016
 Actualizado a 01/09/2019
Aunque fueron poco menos que testimoniales, el inicio de los trabajos, ayer, para la integración del tren de alta velocidad en la capital leonesa marcan un antes y un después en materia de infraestructuras. Tras la demorada llegada del AVE, que aún no viaja entre León y Valladolid a la velocidad que debiera, a la velocidad prometida, la obra del soterramiento se ha demorado aún más... Y los trabajos se inician mientras se acometen ya la primera modificación del proyecto, aunque el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias mantiene como plazo de finalización septiembre de 2018, si es que no surgen nuevos contratiempos. Se trata de una obra fundamental para los leoneses, ya que la prolongación de la avenida Ordoño II realizada en época de Zapatero dejó la estación provisional leonesa convertida en un fondo de saco, que por un lado hace perder demasiado tiempo a los trenes que tienen que parar aquí y continuar hacia su destino y por otro obliga a Renfe a reducir las frecuencias, para que haya trenes que, como si tratara de una metáfora, pasen de largo por León. El proyecto de soterramiento ha dado demasiadas vueltas, pues se quiso financiar como se financiaba todo en este país hasta hace pocos años (léase: recalificando y construyendo), pero ahora el proyecto se ha tenido que adaptar a la realidad. Del desarrollo final de estas obras depende en cierto modo la nueva cara de la ciudad, una clave estratégica desde el punto de vista de las infraestructuras, pero también desde la necesaria modernidad que debe aportar a zonas especialmente deprimidas que pueden encontrar en el proyecto una oportunidad de cambio.
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