En torno a la una de la tarde, centenares de fieles y amantes de la tradición acompañaron a la también conocida como ‘Maragatina’ por las calles del pueblo, arropada por los tradicionales arcos florales y custodiada por las mozas y mozos ataviados con los trajes regionales, para después volver a salvaguardarla en la ermita, donde se celebró, a su término, una misa en su honor.
El patio de este emblemático edificio de Luyego se convirtió, a las dos de la tarde, en epicentro de música y danza maragata. Las dulzainas y los tambores dieron una calurosa bienvenida a los bailes tradicionales, cuyos protagonistas, que abarcaban todas las edades, ofrecieron un vistoso espectáculo ante la atenta mirada de algunos y el entusiasmo contagiado de otros.Pese a un clima que no inspiraba mucha confianza, no por frío sino porque pintaba lluvioso en un principio, los maragatos pudieron disfrutar de su patrona con alegría, devoción y una larga, pero bastante larga, tradición.
Pero a la fiesta de la Virgen de los Remedios de Luyego aún le queda recorrido; y es que, la música y los bailes populares, así como la buena comida y los bolos maragatos, serán los encargados de protagonizar las jornadas de este lunes y martes