Tejiendo poesía y palabra para los más pequeños

La labor de Mª del Camino Ochoa en aras de la literatura ha sido y sigue siendo tan importante que bien merece que le dediquemos una breve reseña en esta sección

Mercedes G. Rojo
25/02/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Mª del Camino Ochoa cuenta con una importante obra escrita tanto para el público infantil como adulto.
Mª del Camino Ochoa cuenta con una importante obra escrita tanto para el público infantil como adulto.
Hoy nos acercaremos a Mª del Camino Ochoa Fuertes, mujer que lleva años tejiendo la urdimbre del futuro de lo literario entre nuestros jóvenes a través de sus talleres poéticos y múltiples propuestas literarias con las que ha ido abriendo el corazón de varias generaciones al poder y la magia de la poesía y la palabra.

Y porque esa ha sido su mayor prioridad, siempre ha pospuesto darnos a conocer su escritura, escondiéndola a veces detrás de seudónimos para no restarle protagonismo a aquellos autores que ha presentado, antologado o acercado al mundo de la LIJ a través de todas las iniciativas que ha organizado. Aún inédita, tiene una importante obra escrita, tanto para público infantil como adulto, de la que ha ido dejando pinceladas en diversas antologías y proyectos en los que ha participado por todo el país.

Su labor en aras de la literatura ha sido y sigue siendo tan importante que bien merece que le dediquemos esta breve reseña para empezar a reconocerla como a una de nuestras escritoras imprescindibles, aunque de momento no tenga prisa en mostrarnos abiertamente su obra, en publicar su propio libro, y nos tengamos que conformar con extraer de aquí y de allá esos poemas, textos teatrales y relatos con que va salpicando algunas antologías. Todo llegará porque, aún con calma, ya trabaja en ello, con intención de – cuando llegue el momento- dar a los lectores lo mejor de sí misma. Mientras tanto siempre va acompañada de su libreta donde anota lo que siente y piensa, para darle luego forma en los momentos que destina a la escritura, volcando en cada línea lo que siente desde el corazón.

Nacida y residente en León, profesora asociada de la Facultad de Educación, con más de treinta años dedicada a la docencia y un amplio trabajo en la formación de profesorado, su labor como poeta y pedagoga es seguramente más conocida fuera que dentro de nuestra provincia, quizá por aquello de que "nadie es profeta en su tierra". La importante tarea que Camino Ochoa ha venido desarrollando en aras de la cultura literaria de las jóvenes generaciones ha sido reclamada dentro y fuera de nuestra Comunidad. Y su faceta de poeta y pedagoga lo ha sido además fuera de nuestro país, como en Londres, donde ha viajado con asiduidad para impartir tanto formación a docentes como talleres poéticos al alumnado.

Su pasión por el trabajo con la infancia viene influido sin duda por sus propias circunstancias de lectora y escritora impenitente ya desde pequeña, pasiones ambas alentadas por sus padres que la rodearon de una amplia biblioteca que aprendió a disfrutar junto a ellos. Y de ahí a desarrollar el deseo de compartir ambas experiencias con los más pequeños, aplicando sus conocimientos a través de la docencia, reconociendo la literatura infantil como fuente de expresión de emociones y la base para el desarrollo de la inteligencia emocional, solo un paso.

Con todo el bagaje acumulado en sus años de docencia crea, en 2008, para la Fundación Conrado Blanco, el proyecto de Literatura Infantil y Juvenil ‘Charín’ que consta de un Premio de Poesía para niños (Premio Charo González), de la colección de publicaciones sobre poesía infantil (Charín) y de la revista infantil del mismo nombre. Un proyecto que, desde entonces, sigue dirigiendo con pasión y de manera totalmente altruista, en el que, aparte de sus versos, son de gran valor los cuadernillos pedagógicos sobre cómo usar la poesía en el aula, a cualquier edad pero especialmente en las edades más tempranas.

Y como toca concluir qué mejor que hacerlo con sus propias palabras:

"Cuando mis padres leían conmigo me recostaba en sus regazos y en su ternura, me volvía parte de sus cuerpos. Por ello siempre he asociado la lectura con la suavidad de sus pieles, con sus deliciosos olores, con sus calmadas voces. Aquellos instantes de amor, de unión entre ellos y las lecturas, me hizo lectora; pues aquellos perfumes (también de los libros), aquellas conexiones sensoriales me duran incluso hoy a pesar de que ya no son materia, pero siguen vivos en mi corazón".
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