Repugnan de guapos

22/02/2017
 Actualizado a 10/09/2019
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Cuando vi la foto ya creí que eran las cofradías ensayando para la Semana Santa e iba a despotricar de ellos para resarcirme de tantos amaneceres en la casa de una tía (carnal) en San Francisco. Casi me acababa de acostar cuando comenzaban a templar las trompetas con unos sonidos que me levantaban la cabeza. Pero Mauri me sujeta: «¡Quieto! Que son los de la Base Aérea de La Virgen del Camino». Vale, amnistía. Xuasus, Cañón y demás papones de ‘la casa’ me lo agradecerán.

Claro que si fuera de una generación anterior también tendría cera que repartir para los de la Base Aérea de La Virgen, que no sé qué privilegios tienen pero siempre vienen los reyes y príncipes a entregarles los despachos, que es como dicen ellos Jurar Bandera.

Reconozco que las visitas que los apadrinan no me producen ninguna envidia, pero sí tengo entre los amigos que bajábamos en el coche de linea a pasear los domingos por Ordoño II, echar unos bailables en el Club Radio al son de Los Dukes y comer unos bocadillos de sardinas en el viejo Morán algunos que les tienen una manía a Los de Aviación que no los soportan. Ven un traje azul con su gorra y echan sapos y culebras por esa boca. Y hay que entenderlos, toda la tarde regándole la oreja a una moza con que estaba pagando el tractor a letras y todas esas mandangas y aparecían los de Aviación y a tomar pol saco el intento.

Decían con sorna a la vuelta aquello de «repugnan de guapos».
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