«El rendimiento es un desastre», lamenta Matías Llorente, secretario general de Ugal-Upa, que destaca además que este año el cereal de regadío está «al 50% del año anterior». «Lo único bueno es que no está saliendo humedad y que si deja el tiempo en la semana que viene estará todo cosechado», señala.
En cuanto a los trigos de calidad señala unos rendimientos bajos y falta de proteína y vitrosidad, parámetros indispensables en el posterior procesado de estas materias primas. «Estamos hablando de una pérdida de entre el 70 y el 50 por ciento por culpa de las heladas», subraya Llorente. Como consecuencia de esto, los agricultores tendrán pérdidas en esta campaña y más teniendo en cuenta que «la mayoría de la gente no tiene el seguro porque lo tenían que haber hecho en noviembre y la mayoría de los cerealistas lo tiene solo de pedrisco e incendio», explica incidiendo en la que «la sequía tampoco entra en las pólizas de los cultivos del regadío».
Los profesionales del campo prevén que las aseguradoras acaben de hacer las valoraciones esta misma semana.
El problema de la remolacha
Otro de los cultivos que prevén que traerá problemas esta campaña es el de la remolacha. Mientras que el resto de parcelas se van regando según lo estipulado al comienzo de la campaña de riego, con el girasol y la alubia de ciclo corto como más resistentes a la escasez de agua, la remolacha es la que peor parada saldrá ya que la previsión es que en septiembre no se disponga de agua con la que regar. «Naturalmente es difícil que se pueda abrir la Azucarera porque Barrios de Luna no va a tener agua en el Órbigo y hasta octubre la remolacha puede tener un problema muy serio», apunta Matías Llorente.