Su planificación comenzó en los 60, pero sufrió un parón de 30 años y no fue hasta los 90 cuando se produjo su verdadero despegueFuera del debate sobre su proximidad o lejanía del casco histórico, que cada vecino mide a su manera, en lo que coinciden y es fácilmente constatable, es en que en él hay un buen número de servicios. Tantos que en una enumeración es fácil dejar alguno fuera. Los repasa Aurora Baza, la concejala que tiene asignado el barrio. «En él está la delegación de la Junta, el Auditorio, un centro comercial, un tanatorio, dos residencias de mayores, un instituto, un colegio de Primaria, el Ente Público Regional de la Energía, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac)… hay muchísimas cosas», dice. Tampoco faltan bares y restaurantes –de hecho el barrio ha tomado impulso como zona de tapeo– y pequeño comercio. «Sus puntos fuertes son muchos y cualquiera que vaya por el barrio los conoce. No podemos olvidarnos tampoco de sus espacios amplios, sus zonas verdes, sus edificaciones nuevas y no demasiado altas… Es un barrio con mucha luz», añade el presidente de la Asociación de Vecinos, Javier Castañón.
Sus debilidades, sus defectillos, los conocen bien en esta Asociación de Vecinos y también en el Ayuntamiento, al que ponen al tanto de cualquier queja o necesidad. «Al ser un barrio tan grande, el mantenimiento que necesita también es muy grande», advierte Castañón. En su opinión, la iluminación también es mejorable, y por pedir, le falta algún espacio deportivo para el disfrute de los vecinos y el uso de toda la ciudad, un centro cívico, e instalaciones apropiadas para el entretenimiento, el ocio de los jóvenes. «Hoy en día esto es básicamente lo que constituirían sus puntos débiles, porque hubo un momento en el que tuvimos problemas con el tráfico, hubo varios accidentes y atropellos y también había carreras, pero ahora ya se ha regulado bastante, y aunque se produce algún incidente suelto, no es nada fuera de lo normal», afirma.
Aurora Baza también está de acuerdo en que, aunque no hay grandes quejas, «hay cosas que se pueden mejorar» y así se trata de hacer en la medida de lo posible desde el Ayuntamiento. «Todo se estudia y se valora y cada petición se transmite a la concejalía que le corresponde». Como ejemplo, afirma que una de las demandas que le han trasladado es que se les dote de un Ceas (Centro de Acción Social), ya que el que tienen más cerca está en la calle Padre Isla, que aunque no está muy alejada del barrio, sí está fuera de él. Una propuesta que, dice, «se está evaluando para ver si es necesario, ya que los Ceas se dividen por número de habitantes y quedarían en principio cubiertos».
En el barrio, en el que hay más de 5.000 viviendas, residen alrededor de 15.000 personas, según los datos del AyuntamientoEl padre de Aurora Baza vive en el barrio, por lo que sus visitas a él son prácticamente a diario, además de realizar una de carácter más exhaustivo a la zona una vez al mes. Implicada con esta tarea, sabe muy bien cómo es su funcionamiento y no duda en alabar sus aspectos más positivos. Según dice, «es un barrio joven y una de las zonas más atractivas a nivel urbanístico porque hay muchos metros cuadrados de espacios verdes (que hacen también que tengamos que estar muy al pie del cañón para mantenerlos un poco bien) y tiene muchos servicios, ha crecido mucho y ha ido siempre hacia delante. La mejoría de Eras de Renueva ha sido constante». Además, ofrece otro dato que resulta muy significativo: «Eras de Renueva es el que menos solicitudes a nivel de servicios sociales tiene de todo León», siendo «mínimas» aquellas por dependencia, de ayuda de emergencia o de renta garantizada.
La concejala advierte también de que el barrio es joven y una buena parte de sus vecinos también lo son. Le da la razón Javier Castañón, que recuerda que, aunque hay un poco de todo, el perfil más común del vecino de Eras es el de «familias formadas por padres de entorno a los 30-40 años y con hijos pequeños».