Miguel Velayos: "El tiempo de la vida real es muy distinto al tiempo de la poesía"

El poeta abulense acude este sábado a la centenaria taberna Casa Benito con su poemario ‘Lecciones de orfandad’, donde el autor ha necesitado 25 años para plasmar en una honda poesía ese sentimiento de pérdida por la muerte de su padre

Joaquín Revuelta
09/03/2016
 Actualizado a 17/09/2019
El autor abulense comparte su actividad docente con la interpretación y la poesía, su verdadera vocación, como queda acreditado por la publicación de varios poemarios.
El autor abulense comparte su actividad docente con la interpretación y la poesía, su verdadera vocación, como queda acreditado por la publicación de varios poemarios.
El poeta abulense Miguel Velayos llega este sábado a León para presentar su más reciente publicación, ‘Lecciones de orfandad’, un poemario dedicado a la memoria de su padre, fallecido cuando Miguel tenía solo diez años, que ha precisado 25 años de maduración para poder plasmar en una honda poesía ese sentimiento de pérdida, que el autor ha querido acompañar con las notas de la guitarra de su buen amigo Alberto Blanco. Ambos protagonizarán un recital poético-musical intimista, como no podía ser de otra manera, el próximo sábado a las 19:30 horas en la centenaria taberna Casa Benito, donde contarán con un presentador de lujo, el periodista leonés Óscar Campillo, que este martes dejaba la dirección del diario deportivo Marca.

Miguel Velayos es sabedor, aunque no conocedor en profundidad, de ese movimiento que se ha ido forjando en los últimos años en la capital leonesa de llevar la poesía a los bares. "Eso me han dicho. La verdad es que no conozco toda esa cultura que se está generando en León de los movimientos poéticos en los bares, pero me parece que es una buena noticia. Nosotros vamos con muchas ganas de poder presentar nuestro humilde proyecto en un lugar que debe tener cien años, por lo que me han comentado, y me hace mucha ilusión poder hacerlo en un lugar tan emblemático de la ciudad de León", destaca el autor, cuyo estrecho vínculo con las artes escénicas le ha llevado a realizar funciones teatrales en lugares diferentes a los habituales, una tendencia que se ha visto incrementada desde la irrupción de la crisis económica y que ha obligado a la gente vinculada con el mundo de la cultura a tener que reinventarse y depender más de su propia iniciativa. "La crisis económica no solo ha cambiado el panorama cultural sino todos los ámbitos de la vida. No creo que volvamos a ser los mismos después de estos siete u ocho años. Nuestra manera de mirar, de ejercer la cultura o de comunicar nuestro trabajo ha cambiado como consecuencia de la crisis, aunque hayan intervenido también otros factores. Lo público ya no puede atender a todas las demandas y los que nos quedamos fuera tenemos que buscar la manera de gestionar nuestro trabajo. Luego, es verdad que la crisis ha hecho que la palabra tenga de nuevo una importancia fundamental, porque, en momentos de crisis, la poesía, por alguna razón, siempre florece".

El poeta abulense no cree que sea un gesto de valentía el hecho de haberse desnudado emocionalmente en ‘Lecciones de orfandad’ y haber mostrado públicamente ese sentimiento de pérdida que supone la muerte de un ser querido, en su caso la de su padre, cuando todavía era un niño. "Más que valentía yo creo que hace falta cierta madurez. A mí me ha costado 25 años de reposo, de ir cicatrizando heridas, de ir buscando cierto equilibrio en ese dolor y de ser capaz de convivir con él. Porque yo he intentado escribir poemas en esta línea desde hace muchos años, pero me salían excesivamente lacrimales o sentimentales. El género elegíaco, que es al que pertenece ‘Lecciones de orfandad’, es muy fructífero en nuestra poesía y requiere de cierta madurez y de cierta distancia con respecto al acontecimiento que lo ha provocado. 25 años después me pareció que era un buen momento para sentarme a revisar ese dolor, esa orfandad, y hacer también una elegía a la vida, a la gente que te sostiene en los momentos más difíciles, también al paisaje de Castilla, porque es un libro que está muy situado en la meseta. Afortunadamente, el tiempo de la vida real es muy distinto al tiempo de la poesía. A medida que lo vas madurando te hace enfrentarte al dolor con mayor sensatez", asegura.

La literatura y el cine han abordado con frecuencia la figura del padre ausente, que se ha convertido por ejemplo en una constante de la filmografía de la directora Gracia Querejeta. La manera en que Miguel Velayos lo ha abordado es más personal, pero sin renunciar a toda esa tradición literaria. "Yo lo he tratado de abordar desde un punto de vista personal, pero con referencias literarias muy claras. Antes de sentarme a escribir este libro sí que procuré leer bastantes obras del género elegíaco, desde Jorge Manrique a opciones mucho más contemporáneas como Francisco Umbral con la muerte de su hijo o Goytisolo con la muerte de su madre. La orfandad es un tema milenario", reconoce Velayos, para quien todos los autores que han tratado el tema comparten a su juicio el hecho de que "tu lugar en el mundo está muy marcado por la identidad del huérfano y vives desde ese dolor. Cuando uno se queda huérfano a una edad muy temprana tu manera de vivir y de mirar el mundo está marcada por ese acontecimiento, pero también existen otras cuestiones, como el homenaje a las personas que sobrevivieron a ese vacío y te han sostenido.Igualmente en todos esos libros, y yo lo he intentado hacer en la medida de mis posibilidades en ‘Lecciones de orfandad’, hay una filiación a la vida muy profunda. Yo tenía claro, y también se refleja en el espectáculo que vamos a hacer en León, que quería acabar, aunque suene contradictorio, con la alegría y la esperanza que representa esa oda a la vida. Precisamente por haber vivido la muerte tan temprana o el dolor, quieres afiliarte a la vida de una manera muy rotunda y muy profunda", concluye.
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