Más carros que camión orquesta

Las de San Froilán son fiestas en tiempo de ferias, son más romería que baile, más carros engalanados que camión orquesta, más trajes regionales que zapatos de tafilete, más paisanas que «dónde se mete la chica del diecisiete», más días de morcilla y rosas que de tartas San Marcos, por muy leonesas que sean ...

Más pueblo que nunca y a los de León, por unos días, no les importa uncir las vacas, sacar los burros, poner la boina, calzar madreñas y cantar ‘En casa del tío Vicente con tanta gente...’ hasta que no quede ni una gota de vino ni en el porrón ni en el pellejo del que lo saca el cantinero, que ya no va por él a Toro, pero se le parece.

Hasta los concejales se pegan con los canónigos, que no es nada habitual, pero hechos como estamos a los amaños acudimos a la pelea sabiendo que será combate nulo, por hábil que sea el síndico y listo que se muestre el sotanón.

Nos extraña que ya se sepa el resultado mientras acudimos a ver una exposición de maquetas que trajo una multinacional para explicarnos la historia del Titanic, ¿qué pasa, qué no se hunde?

A fin de cuentas, como decía la película, «todos somos contingentes pero tu eres necesario». Se extendió el rumor de que se refería al alcalde, pero no nos engañemos, el único necesario es el buen tiempo.