A pesar de todo, Lemaur es el pionero de la minería del carbón en el Bierzo. De ninguna forma podría haber sabido la importancia que tendría apenas un siglo después, pero su descubrimiento de la riqueza mineral de la comarca pondría la base de proyectos posteriores. «Fue el que puso en producción, en 1766, la primera mina de carbón en el Bierzo, pero la gente era reacia a adquirirlo y seguía usando carbón vegetal, así que se fue desalentando», explica el historiador bembibrense Manuel Olano, autor de ‘El Ingeniero Carlos Lemaur en El Bierzo (1764-1778)’.
En este libro, publicado por el Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías, se muestran las investigaciones y los proyectos empresariales que este ingeniero desarrolló en el Bierzo hasta su marcha al País Vasco y Navarra en 1772, cuando deja estos proyectos en manos de administradores. El libro cuenta además con la colaboración de los artistas Raúl Arias y Dionisio Álvarez Cueto, que han puesto rostro a Lemaur, así como de la colaboración de María Antonia Otero y Antonio Gago. Son más de 200 páginas que incluyen mapas, dibujos y grabados y ha supuesto una labor de investigación durante tres años.
Lemaur ha sido el protagonista de la ponencia realizada por Olano a finales del mes pasado para inaugurar los actos del Otoño Cultural de la Asociación Cultural Carqueixa de Santa Marina de Torre, que acabaron este domingo con la entrega del primer premio Pica de Oro al cineasta Chema Sarmiento.
Ferrerías en Torre y San Andrés
«Lemaur creó el primer parque industrial del Bierzo, si le podemos llamar así, ya que descubrió el hierro y el carbón y quiso explotarlos, porque sabía que en Europa estaban siendo la base del despegue económico», dice Olano. El historiador reclama por eso que Lemaur sea nombrado Hijo Predilecto del Bierzo, porque considera que «marcó el polo del desarrollo» de los siglos posteriores y puso las bases de la actividad minerosiderúrgica en el Bierzo Alto.
Porque Lemaur no sólo explotó el carbón, sino que también creó dos ferrerías en las localidades de Torre del Bierzo y San Andrés de las Puentes en las que utilizar tanto el hierro como el carbón, y así poder ampliar sus negocios. Además, Olano recuerda que su llegada al Bierzo tuvo una gran trascendencia, no sólo para la actividad minera, sino también para las comunicaciones.
Lemaur había llegado al Bierzo como ingeniero militar de la Corona y con el objetivo de consolidar las obras del Camino Real a Galicia, que iba hasta La Coruña. El Bierzo, entonces como ahora, era lugar de paso, y un territorio difícil por su orografía, lo que marcó que Lemaur tuviera que dedicarle varios años, en los que desarrolló en paralelo sus actividades empresariales mineras. Las obras de este Camino Real por el puerto del Manzanal le permitieron a Lemaur descubrir el hierro y el carbón bercianos. «Vio sus posibilidades económicas y avisó a la Corona, pero ésta no quiso arriesgarse a explotarlos, así que lo hizo por su cuenta», explica Olano. Antes, el ingeniero había dejado constancia del descubrimiento en una memoria que envió a la Corte, sin lograr suscitar ningún interés.La primera mina, en TremorUna vez que Carlos III le concedió la licencia necesaria, Lemaur arriesgó su propio capital y abrió la primera mina de carbón en Cerezal de Tremor en 1766, y una de hierro en Paradasolana, también en ese mismo año. Tres años después comenzarían su actividad las ferrerías de Torre del Bierzo y San Andrés.Seis años después de la apertura de la la mina en Tremor, Lemaur abandona el Bierzo para continuar su carrera como ingeniero de la Corona en el País Vasco y Navarra. Durante este tiempo varios de sus hijos, de los que algunos también se convertirían en ingenieros militares, nacieron en Bembibre. El año de su marcha, 1772, cerró la ferrería de Torre. La de San Andrés de las Puentes estaría en funcionamiento nueve años más. «Había buscado financiación privada para esas ferrerías y después incluso tuvo que vender parte de su patrimonio para solventar las deudas», asegura Olano. De su paso por el Bierzo, lamenta el historiador, apenas hay constancia, y el mismo Lemaur continúa siendo un gran desconocido. Sin embargo, aparte de su actividad minerosiderúrgica, Lemaur dejaría algunas obras en la comarca. Además de supervisar las obras del Camino Real, diseñó el puente de Las Ventas de Albares que cruza el río Boeza y, en su faceta de arquitecto, construiría la casa del Señor de Noceda, que aún existe en Villafranca del Bierzo.