Juan Carlos Mostaza: "Diez años son un abismo en el terreno en el que me muevo"

El realizador leonés es uno de los animadores en 3D más relevantes que tiene la industria audiovisual en España, como ha quedado demostrado en ‘Down to the wire’, ganadora del Premio Feroz en el Festival de Valencia Cinema Jove

Joaquín Revuelta
21/08/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Juan Carlos Mostaza recibiendo de manos de David Martos el Premio Feroz en el Festival de Cine de Valencia.
Juan Carlos Mostaza recibiendo de manos de David Martos el Premio Feroz en el Festival de Cine de Valencia.
Diez años separan ‘Broken wire’ y ‘Down to the wire’, los dos pilares en los que se asienta el trabajo del leonés Juan Carlos Mostaza dentro del cine de animación, sin menospreciar los evidentes logros de ‘Casitas’ o de ‘Tiempo’, donde en este último caso entremezcla imagen real y novedosos efectos especiales con una estética que recuerda a los grandes clásicos del expresionismo alemán. ‘Broken wire’ y ‘Down to the wire’ comparten además de la similitud de sus títulos y un cierto apego al thriller unos personajes de alambre que se mueven siguiendo las pasiones humanas. Pero las semejanzas se terminan ahí, porque el salto cualitativo entre ambos trabajos resulta más que evidente. «Diez años son un abismo en el terreno en el que me muevo. El sistema de iluminación en el caso de ‘Broken wire’ había que hacerlo lateral y era todo más laborioso mientras que ahora dispones de una tecnología que te permite iluminar como si fuera un set de imagen real. Ahora todo es más rápido y el resultado es más impresionante que cuando rodé aquel corto», reconoce Mostaza, que desde el punto de vista argumental también aprecia diferencias entre ambos trabajos. «Hay voces que dicen que ‘Down to the wire’ es una segunda parte de ‘Broken wire’ y en realidad no lo es. Coincide el diseño de los personajes y ese mundo especial en el que se mueven, pero en el caso de ‘Down to the wire’ la historia es más retorcida. En el corto primitivo la historia era muy del estilo Hitchcock y la violencia siempre estaba sugerida mientras que en este último es mucho más explícita. En realidad, ‘Down to the wire’ multiplica por dos todo lo que contenía ‘Broken wire’, empezando por la duración, que pasa de siete minutos a trece, siguiendo por la violencia, que resulta mucho más evidente para sorpresa del espectador, hasta el punto de que si hubiera tenido que rodarlo con actores reales en lugar de personajes de alambre no lo hubiera hecho porque no me gusta el gore, y con un ritmo mucho más trepidante».

Uno de los aspectos que más llamaron la atención a este cronista de ‘Broken wire’ fue la herrmanniana banda sonora compuesta por el también leonés Óscar Xiberta, un estrecho colaborador de Mostaza, que también escribió la música de ‘Casitas’ y ‘Tiempo’. «Al igual que en mis trabajos anteriores aquí la música es fundamental porque los personajes no hablan y toda la acción está remarcada por la música. Me hubiera encantado volver a contar con Óscar pero desgraciadamente ya no se dedica a la composición y al final, con el proyecto ya realizado, pude contactar con Sony y ellos me dieron acceso a distintos y reconocidos autores que son los que conforman la banda sonora».Juan Carlos Mostaza califica la música de orquestal, con esa influencia de Bernard Herrmann tan presente en ‘Broken wire’ e igualmente en ‘Tiempo’, y que en el caso de ‘Down to the wire’ se ha visto salpicada por algunos temas que se encuentran más en la onda del cine de terror actual, reconoce el autor de un corto que desde su presentación al público ha cosechado varios reconocimientos importantes. «Aunque quede mal decirlo, está funcionando muy bien y ya ha ganado muchos premios, entre ellos el Premio Feroz al Mejor Cortometraje Español del Festival Internacional de Cine de Valencia, Cinema Jove, que además es la primera vez que se concede a un trabajo de cortometraje. También quedó finalista en China y ha podido verse en México y varios países sudamericanos. Quitando Europa, donde más ha podido verse es en Asia», comenta Mostaza, que ya está trabajando para dar el salto al largometraje. «Creo que ya es el momento y aunque hay que ser prudente ya me siento preparado para ello. Tengo dos proyectos de largometraje y una serie, pero es complicado, sobre todo para un director novel. Las grandes productoras quieren hacer películas pero con gente conocida porque no les gusta arriesgar», reconoce el leonés, que sobre sus nuevos proyectos solo avanza que no se ubican dentro del campo de la animación sino que son de imagen real. Respecto a la serie, apunta que la compañía El Ovni, de la que es socio fundado junto al berciano Pablo López y Christian Pulido, se encuentra actualmente negociando con las televisiones.Sobre las opciones de poder seguir prosperando en estos momentos en el mercado audiovisual, Juan Carlos Mostaza lo ve complicado porque no se apuesta por los autores noveles. «Puedes llevar la mochila llena de premios, que en mi caso he tenido esa suerte, y aunque te reciben, te escuchan, incluso reconocen tus méritos, pero al final te dicen que la pena es que no seas Almodóvar o Amenábar», señala este laureado cineasta que reconoce que incluso las series de televisión están en manos de gente ya consagrada dentro de la industria del cine, como es el caso de Alberto Rodríguez. «Para la gente nueva es muy difícil meter la cabeza aunque vengas avalado por el reconocimiento de festivales», reconoce Mostaza, que desde hace una década desarrolla su actividad profesional en la capital de España. Junto a Pablo López, co-fundador de la productora La Catedral, decidieron trasladarse hace diez años a Madrid, donde sobre todo trabajan en postproducción de 3D para publicidad.

Juan Carlos Mostaza está convencido de que el futuro del cine y en general del audiovisual pasa por explorar las enormes posibilidades que ofrece la realidad virtual. «Estoy convencido de ello. Pero me da la sensación de que no está yendo todo lo rápido que se esperaba», señala el realizador leonés, que a propósito del rodaje semanas atrás por parte del director Alexander Aja de los primeros episodios de la serie ‘Campfire Creepers’, donde incorpora la realidad virtual y que cuenta con el protagonismo de Robert Englund, famoso por la saga cinematográfica ‘Pesadilla en Elm Street’, destaca que «el terror es uno de los géneros que más se benefician de la realidad virtual, donde con un buen sistema llegas a pasar miedo», asegura este cineasta que recientemente ha colaborado en la postproducción de la ópera prima de Epigmenio Rodríguez ‘Media hora ( y un epílogo)’. «Desde La Catedral le hicimos la corrección de color», destaca Mostaza, que reconoce que la película se ha hecho con una gran limitación de presupuesto y eso se nota en el resultado final. «Pero el peso de la película no va tanto en eso como en aquello que te están contando y en ese sentido no te puedo avanzar nada porque es mucho mejor que la veas. Lo que sí es verdad es que es una pena que no la haya podido hacer con más medios», concluye.
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