"Hay que cuidar la música y a los músicos y establecer una verdadera política adecuada a ello"

José Luis Temes, director de orquesta y Premio Nacional de Música

Mar Iglesias
11/06/2017
 Actualizado a 18/09/2019
José Luis Temes es uno de los más destacados directores de orquesta de la actualidad.
José Luis Temes es uno de los más destacados directores de orquesta de la actualidad.
De estatura, no le importa ser el director de orquesta más bajito, porque demuestra que el taburete se hace amasando la escalera que ha subido como un corredor de fondo de las notas. No quiere ser el primero, porque se queda con lo que le ha dado el camino, con la gente que le ha salido al paso, con el amorque le ha hecho palpitar y con todo lo que queda alrededor de su batuta, con la que ha conseguido ser Premio Nacional de la Música en el año 2009 y desde la que vuelve la mirada a Villar de los Barrios, el pueblo madre, donde forjó los recuerdos de verano infantil y donde las letras de alguno de sus libros quisieron iniciar vuelo. José Luis Temes vuelve a casa para compartir una nueva edición de Villar de los Mundos desde la que quiere compartir la nueva pasión que hoy le mueve, la mezcla del cine y la música.
Optimista por naturaleza, rechaza centrarse en la crítica a lo que las administraciones hacen por el arte musical, nada, aunque confía que sea una actitud ignorante la que se esté cargando el patrimonio pasado y futuro de una base cultural capital y con un apasionado bagaje.

Temes es, ante todo, un enamorado del ahora, del propio amor, al que le ha dedicado tres libros, y de la música porque se define, en exclusiva, como director de orquesta, bajito y enfermo.
Tras tres operaciones de corazón y una salud debilitada,su día a día confirma su hábito del carpe diem que subraya«uno tiene la impresión de estar jugando la prórroga cada día», dice.
Desde esa filosofía, sigue abriendo la puerta a proyectos que no quiere dejar para mañana.

–Director de orquesta con raíces en Villarde los Barrios, aunque madrileño de nacimiento, su madre era de esta zona ¿eso marca?
- No hay que poetizar mucho, pero humanamente sí marca Villar. El recuerdo está ligado a mi infancia. Pasaba allí los veranos de niño.
Después vuelas y vuelves ya tarde, maduro, y volví con deleite, pero para mí Villar siguen siendo esos recuerdos de veranos infantiles que no se olvidan.

–¿Villar tiene algún sonido especial?
- No lo creo, no poetizo sobre ello, la verdad. Si lo fuerzo, seguro que lo encuentro.
He escrito mucho allí, ‘Al pisar tu jardín’ lo escribí entero en Villar (segundo libro de narrativa),aunque son narraciones sobre la libertad de amar, un tema que me ha interesado mucho y sobre el que he escrito, aunque no tenga que ver con la música.

–¿Músico o escritor?
- Soy director de orquesta, sin más, ni siquiera me considero músico.

–¿Se considera un corredor de fondo del oficio, que no quiere ver desde las alturas ¿eso da otra perspectiva?
- Sí da otra perspectiva. Nunca he estado en primera división, pero reivindico una segunda división digna.

– Está al frente de una orquesta, un equipo ¿qué es imprescindible en ella?
- Una orquesta es un microcosmos porque une a los colectivos más heterogéneos que existen en la humanidad. Hay veinte nacionalidades en un colectivo de cien personas y cien sensibilidades distintas.
El director, ya pasó la época en la que era un semidios, un tiempo en el que se imponía de manera estúpida. Hoy es un alquimista, un mezclador que intenta sacar lo mejor de cada uno de los músicos en cada momento.

–¿Eso es lo mejor de un director?

- Lo mejor del director es que haga fácil lo difícil. Ante una partitura compleja debe ayudar a sacar lo mejor.

–106 discos, 350 estrenos, Premio Nacional de la Música en 2009, ¿qué es lo que más le ha aportado de todo esto?
- Lo mejor ha sido la gente que he conocido, salvo algún caso de algún espinado, pero en 42 años de música, es normal. Hay mucha gente que merece la pena.

–Enamorado de la música española, le ha dedicado un libro a sus 40 años ¿la evolución ha sido buena?

- No ha sido buena, hay que decirlo. Estamos peor ahora que hace 40 años y eso que todo no es peor, afortunadamente. Antes teníamos cuatro orquestas profesionales y hoy hay 29. Antes no teníamos una red de auditorios como los que tenemos hoy. En eso hemos mejorado, pero en la música de nueva creación y en recuperar la historia y el patrimonio musical no, hemos ido hacia atrás incluso. Las administraciones son menos sensibles. No se puede dejar la sección musical en manos de quien ignora todo del mundo de la música. El 99% de los fondos públicos lo gastan ellos. No es una imagen derrotista la que doy, es objetividad. La orquesta nacional fue un elogio de la música española y hoy es una bofetada a esa música. Pero no quiero dar esa imagen pesimista, de que el arte y la cultura están contaminados con la crítica de la gestión cultural. Hay que dar algo ilusionante.

–En esos cuarenta años de música española a los que ha dedicado su libro ‘Quisiera ser tan alto’, ¿qué ha sido lo mejor y lo peor?
- Lo mejor, la gente que me he encontrado. Tenemos muy buenos músicos. España tiene una cantera musical de primera categoría, aunque no tenemos la tradición de centro Europa. Eso es lo que hace especialmente terrible esa gestión de las administraciones, pero la Orquesta Nacional podría codearse con las mejores de Europa.

–¿Es una situación que se puede cambiar?
- Claro que se puede cambiar con un gran pacto nacional por la música y los músicos, pero falta voluntad de hacerlo, que no existe en este momento en el que la realidad institucional es muy mala.

–¿Corremos peligro de perder el patrimonio musical por esta desidia?

- No, porque cuando llegue alguien con dos dedos de frente esto va a cambiar. Hay que cuidar la música y a los músicos y establecer una verdadera política adecuada a ello.
Llevamos varias legislaturas sin norte, pero no hay que ser derrotistas. Tenemos orquestas admirables como la de Castilla y León que es un lujo para esta región y un auditorio en Valladolid deslumbrante, que también es un lujo. Hay que ser optimistas.

–¿El Bierzo destaca en música?

- Tenéis un berciano de adopción que destaca, Cristóbal Halffter. Ha escrito mucho desde el castillo de Villafranca. Hay un músico maragato que es un tipo estupendo, Evaristo Fernández. La verdad es que el Bierzo inspira y le tengo mucho cariño.
Halffter es parte de mi vida, con el que trabajé desde hace más de 40 años. Me es difícil ser objetivo con el Bierzo porque forma parte de mis recuerdos, pero no tengo relación musical con él, más que por los cursos de Halffter. En Ponferrada no he tocado nunca y ahora participaré en Villar de los Mundos.

–¿En qué proyectos está ahora?

- A finales de mes estreno en el Teatro Real mi nuevo trabajo dedicado a María Rodrigo, la primera compositora mujer en España. Se cumple el 50 aniversario de su muerte, olvidada en el exilio. Su obra parecía perdida pero hemos encontrado su primera ópera y dos obras más.
Hemos resucitado su trabajo. Ahora me he metido también en el cine y estamos filmando cuatro medio metrajes sobre cuatro obras sinfónicas españolas, un poco llevadas al concepto del videoclip, pero con música de concierto.
Me hace mucha ilusión ir a la imagen. Eso le aporta mucho a la música. Trabajaré todo el verano en ello para tenerlo en septiembre. En Villar presentaremos uno de esos medio metrajes en un pase semiprivado.Estoy también con mi último libro ‘Amores a mares’ que saldrá en otoño y que habla sobre la libertad del amor, no tiene que ver con la música y es el tercer libro que publico sobre este tema. Juro que será el último. Defiendo la fidelidad en la pareja, pero no tiene que ser sinónimo de exclusividad, que me parece castrante. Es un tema delicado, por eso acabaré con este.

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