Desde pequeño me inculcaron ser del Real Madrid, quizás en unos valores (pasión, respeto, humildad, modestia, etc.) de los que hoy día carece este club, y en general el fútbol. Recuerdo los momentos pegado a la radio escuchando entre otros a José María García, luego Javier Ares (nunca me gustaron ‘Los Pepe Domingo’, etc., salvo Paco González), recuerdo llorar cuando perdió el Madrid alguna eliminatoria de ‘Champions’, recuerdo vibrar con la forma de disputar los partidos de Hierro o Roberto Carlos. Mucho entusiasmo futbolístico destilaba yo hasta que llegó él y su forma de entender el fútbol. Sí, llegó Florentino Pérez. A golpe de talonario compró a la referencia del Barcelona por aquel entonces, el portugués Luis Figo. Sin duda, lo que más hirió a un adolescente de 14 años fue cuando en 2003 prescindió de dos referencias en el madridismo de entonces, su entrenador Vicente del Bosque y su capitán Fernando Hierro, luego lo haría con Raúl González e Iker Casillas, quizás porque ya no cotizaban, no generaban tanto dinero…
En 2016 di con un blog, también presente en Facebook, llamado ‘Odio eterno al fútbol moderno’. Entre los artículos que publica me di cuenta que se reflejaban en ellos exactamente lo que sentía por el fútbol y que se había perdido. Entre otras cosas se había convertido en un negocio del gran capitalismo, y también descubrí al llamado «jugador anticapitalista o antisistema» Javi Poves, que renunció a jugar en la élite y ahora se dedica a entrenar a categorías inferiores inculcando valores de compromiso social. Y pienso como Adrián Muñoz, que debemos «utilizar el fútbol moderno para denunciar la sociedad actual». Las agresiones en el fútbol (especialmente el mal ejemplo dado de padres) no son más que reflejo de la sociedad, y el gran capitalismo se ha comido el fútbol así como sus sanos valores.
A día de hoy el reconocimiento de ‘club señor’ del Real Madrid no es merecido, desde luego del XXI para nada. Aunque por la forma en la que su afición se comporta en el estadio sí, atendiendo a la forma tradicional de los nobles, señores y señoritos de vivir como marqueses. Porque para sentimiento ya está el Atlético de Madrid. En la pasada semifinal de ‘Champions’ contra el Madrid se volvió a demostrar que su afición, equipo y cuerpo técnico son dignos de admirar. Y realmente comprendo esa pasión que muestran los atléticos, porque yo también la sentí en su día por el Real Madrid, y desde siempre la siento por laCultural(esteañoaúnmásconelansiadoascenso).Desdela8ª ‘Champions’ en 2002 dejé de interesarme por sus victorias, y podrá ganar de nuevo otro título pero de momento no volverá a ganar ni mi afición ni mi satisfacción por sus victorias, representativas de una forma de ver el fútbol y el deporte que no comparto.
Setratadeunacríticaconstructiva,paranadaesunescritodeunex- madridista convertido en anti-madridista, sino una forma de entender el fútbol que ya no está presente en ciertos clubes, aunque es cierto que antes también había excesos, en especial más dureza y permisividad en el terreno de juego. Desde hace muchos años el Barcelona ha sido ejemplo de buen gusto por el fútbol (jugadores canteranos, jugadas trabajadas, regularidad…), y el Real Madrid sin embargo, con sus constantes fichajes de estrellas mediáticas, cambiosdejugadoresyentrenadores,etc.,sehaconvertidoen individualidades, lleva mucho tiempo sin ser un equipo (que no un grupo)… Leyendo noticias sobre el ganador de Eurovisión 2017, el portugués Salvador Sobral, se destacaba la pasión que tiene por la música, por el jazz, compartiéndola sólo con el cine y, sobre todo, con el fútbol. Es del Benfica de corazón, sin embargo no le gusta la industria y la violencia que hay alrededor del fútbol. He aquí una frase suya que me encandiló: «El fútbol, bien practicado, es una forma de arte. Aún así, me gustaría que algo del dinero que mueve se dedicara a la cultura». Por lo tanto, yo no estoy en contra de este deporte, sino, como Sobral, de ciertas prácticas y comportamientos. Decía Boskov aquella frase de «Fútbol es fútbol», y debería ser en su mayor parte eso mismo: fútbol.
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